En los últimos tres meses China registró un millón de contagios y cuatro mil 600 muertos por la variante ómicron del Covid-19; el sistema de salud está rebasado y muchos enfermos tienen que valerse por su cuenta principalmente personas de la tercera edad.
La ciudad al sureste del gigante asiático, Hong Kong, reportó un alza en los decesos por la variante llegando a sumar 3 mil 500 fallecidos en lo que va del año.
Un representante del sector funerario local declaró que el aumento en las defunciones agotó la disponibilidad de ataúdes.
Antes de esto la jefa de gobierno, Carrie Lam, señaló que en próximos días llegarán dos embarques con féretros procedentes de China continental.
Wong Wing-tsang, madre de una niña de diez años que dio positivo, señaló que “es una situación desesperante, solo podemos depender de nosotros mismos”.
El gobierno chino envió expertos médicos y equipos de construcción con el objetivo de ampliar la respuesta a la crisis, ante estas acciones la población local teme un nuevo confinamiento.
Ante los temores por las medidas que se puedan tomar se han registrado compras de pánico.
Editado por Gabriel Figueroa Zamora
