Existen diversas posiciones frente a los partidos políticos, la mayoría negativas, que se amplifican principalmente en los foros de discusión pública.

La opinión que existe respecto a estas instituciones tiene que ver con las herencias, los estigmas que trascienden generaciones, y también, con la apatía de la sociedad.

En el último proceso electoral se evidenció que el ganador fue el abstencionismo, ya que superó el 50 por ciento, cifra que representa el desencanto de los ciudadanos en la elección de sus gobernantes, desestimando así el deber de decidir por la mejor opción política.

La última Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI) que realizó el INEGI destaca que los partidos políticos se encuentran en el último lugar de confianza ciudadana.

Lo anterior podría servir como indicador de que, la participación ciudadana tiende a ser más reducida.

Por ello es preciso tomar conciencia en que, si los resultados no han sido los mejores en cuanto a políticas públicas en los últimos años ha sido también porque la sociedad se ha desentendido de su responsabilidad cívica y esa es la participación activa.

La joven democracia que se ha desarrollado en nuestro país es representativa, lo que significa que es a través de nuestro voto como elegimos a nuestros representantes, pero también es por medio de los partidos como se puede participar y aportar.

Desentendernos de nuestra responsabilidad ha tenido los resultados que ahora percibimos: una inflación histórica, violencia nunca antes vista, falta de servicios de salud e infraestructura, y proyectos que solo sirven para consumir miles y millones de pesos que no benefician realmente a México.

Es preciso repensar nuestro papel como sociedad, como parte del Estado, y tomar partido para realmente consolidar nuestra democracia con mayor inclusión.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

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