Culminó un año que no fue del todo bueno para las corporaciones policiales de nuestro país.

Todas las profesiones traen consigo riesgos de trabajo, sin embargo, cuando se trata de policías la creencia popular coloca al fallecimiento originado por un hecho delictivo como consustancial al empleo.

 La organización Causa en Común realiza un recuento de los policías fallecidos en el cumplimiento de sus funciones y para el año 2021 que concluyó, el dato fue de 401; la cifra es menor a la de los dos años anteriores: 446 en 2019 y 524 en 2020.

Algunos datos que revela el estudio sobre este fenómeno durante el año pasado son:

Policías asesinados.- De los 401 policías fallecidos, 52 por ciento fueron municipales, 39 por ciento estatales y 9 por ciento federales.

Policías municipales asesinados.- 94.9 por ciento fueron policías preventivos y 5.1 de vialidad.

Policías estatales asesinados.- 74 por ciento fueron preventivos y 26 por ciento ministeriales.

Policías federales asesinados.- 22.9 por ciento preventivos, 11.4 por ciento ministeriales y 65.7 guardias nacionales.

Los estados en donde sucedió el mayor número de policías asesinatos fueron: Guanajuato, Estado de México, Zacatecas, Veracruz y Chihuahua. Los que menos policías fallecidos tuvieron fueron: Campeche, Coahuila, Hidalgo, Querétaro, Tamaulipas, Tlaxcala y Yucatán.

Cabe resaltar que el asesinato policial es un fenómeno que afecta a las corporaciones de diversas formas: merma el estado de fuerza, deteriora la mística policial, se pierden los recursos que se emplearon en la preparación de elementos y se mina la imagen de las corporaciones. Por otra parte, los grupos delictivos ven que el resultado de su actuación ante las fuerzas del orden rinde dividendos y los insta a seguir con sus actividades ilícitas.

Las familias de los elementos se ven en el desamparo, pues el apoyo institucional en la mayoría de los casos es de poca monta y son escasos los datos que tenemos sobre el impacto psicológico en los familiares directos.

Se atribuye a Bob Paulson de la Real Policía Montada de Canadá estas palabras: “La fuerza de parte de las autoridades no debe ser proporcional; debe ser mayor. Esa es la que conduce al orden público. En cambio, la fuerza proporcional invita al desafío permanente, porque deja a los antisociales en un falso empate, en vez de un castigo real”.

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Sociólogo y Maestro en Administración Pública. Ha laborado en el gobierno federal y en gobiernos locales en áreas de gobierno y seguridad. Ha sido profesor en la Universidad de las Américas y del...