Empecemos con lo primero.
La Agenda 2030 nace en el 2015 como consecuencia de la Declaración del Milenio en el año 2000, en donde varios líderes de los países que forman parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se comprometieron a una alianza mundial para reducir los niveles de extrema pobreza y estableciendo una serie de objetivos con metas e indicadores, conocidos como los (ODM) Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Una vez que estos cumplieron su plazo, se acordó una nueva agenda: La Agenda 2030, que representa un plan de acción estructurado en favor de las personas, el planeta y la prosperidad, con la aprobación de 17 objetivos, esta vez llamados: Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Esta nueva agenda es mucho más completa y mucho más actual y representa la oportunidad histórica para unir a los países y a las personas de todo el mundo y emprender nuevas vías hacia el futuro.
Los ODS están formulados para erradicar la pobreza, promover la prosperidad y el bienestar para todos, proteger el medio ambiente y hacer frente al cambio climático a nivel mundial.
Los 17 objetivos tienen 169 metas de carácter integral e indivisible, de alcance mundial, de aplicación universal y algo sobresaliente con respecto a los ODM; estos tienen en cuenta las diferentes realidades, capacidades y niveles de desarrollo de cada país, respetando sus políticas y prioridades nacionales.
Bajo esta inercia, creo que firmemente que para recuperar lo perdido los gobiernos y sus gobernantes deben alinear su agenda de acciones con base en una sola idea y de esta manera hacer posible el paralelismo entre la agenda más local de un país con la agenda internacional.
La Agenda 2030 es una herramienta civilizatoria que pone a las personas y al planeta en el centro, tiene un enfoque de derechos y busca un desarrollo sostenible global dentro de los límites planetarios.
Es importante reconocer este vínculo que existe entre el desarrollo sostenible y otros procesos pertinentes que se están llevando a cabo en las esferas económica, social y ambiental.
Hay un problema grave común que aumentó con los alcances de la globalización. Es momento de que todos tomemos acciones, cada sector de la sociedad, el Estado, las organizaciones no gubernamentales, las empresas, hasta las familias en sus casas.
La Agenda 2030, representa una alianza renovada donde todos los países participan por igual, con derechos y obligaciones y responde a un consenso multilateral.
La consecuencia de dicha alianza urge de resultados. En mucho de los casos parece no haber marcha atrás, en otros solo se hará más lento el proceso y en muy pocos, la solución total.
Todos, todos los objetivos enfrentan un problema que conllevan a un trabajo contra reloj. Así sus efectos. Así su importancia.
#ONU
#ONUMéxico
#JorgeGarcíaGtez
*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.
