Con el éxito rotundo de Gambito de Dama, la miniserie de Netflix que cuenta la vida ficticia de una campeona de ajedrez, se comenzó a hablar cada vez más del rol de las mujeres en este juego. El ajedrez, como tantos otros deportes y juegos mentales, tradicionalmente ha sido considerado una práctica masculina. Pero esta visión poco a poco está cambiando. Por eso, hoy te proponemos hacer un viaje por la historia y el avance de las mujeres en el mundo del ajedrez hasta llegar a nuestros días.
Primeros movimientos
En el siglo XIX las mujeres no podían ingresar a los sitios donde los hombres jugaban torneos de ajedrez. En 1847, sin embargo, ocurrió una novedad: se creó en los Países Bajos el primer club de ajedrez para mujeres. Y esta innovación luego se esparciría por el resto de Europa.
En 1879 sucedió otro hito: la estadounidense Ellen Gilbert venció al inglés George Gossip, maestro de ajedrez. Y en 1897, en ocasión del jubileo de la Reina Victoria de Inglaterra, se celebró el primer torneo de ajedrez femenino de la historia.
Ya en el siglo XX, las damas seguirían moviéndose: así es como, en 1927, la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez) organizó el primer Campeonato Mundial Femenino de Ajedrez. La campeona resultó ser Vera Menchik. Pero eso no sería todo en la carrera de Vera, la británico-checoslovaca nacida en Rusia que dominaría el ajedrez femenino durante más de 15 años.
Rompiendo el techo de cristal
Pese a que el ajedrez femenino crecía, las mujeres seguían sin competir contra los hombres. Fue Vera Menchik la primera jugadora en romper el techo de cristal de las mujeres en el ajedrez, al disputar varios torneos masculinos y vencer a varios jugadores —entre ellos, el campeón del mundo Max Euwe, a quien derrotó en dos oportunidades.
Mientras tanto, el ajedrez femenino siguió progresando. Durante varias décadas, varias jugadoras de la ex URSS, como las georgianas Nona Gaprindashvili y Maia Chiburdanidze, se destacaron por encima del resto, consagrándose campeonas mundiales año tras año hasta que, en 1991, la jugadora china Xie Jun logró imponerse a nivel mundial, y así también popularizar el ajedrez entre las mujeres de su país.
Hacia la élite del ajedrez
Pero fueron tres hermanas —Susan, Zsófia y Judit— quienes se convertirían, tal vez, en las ajedrecistas más destacadas de la historia. Se trató de las hermanas Polgár, tres jugadoras húngaras que, desde pequeñas, se destacaban por no querer participar en torneos únicamente femeninos.
En efecto, Judit Polgár, nacida en 1976, es la primera mujer en alcanzar la élite del ajedrez mundial. Su vida está marcada por varios hitos, como convertirse en la Gran Maestra de más corta edad y ser la primera mujer en ganarle a un campeón del mundo, el famoso Gran Maestro Garri Kaspárov. Pero eso no es todo: en 2005 alcanzó el puesto 8 del ranking mundial de ajedrecistas, y se convirtió así en la primera mujer en estar en ese top 10 absoluto, sin distinción de género.
En la actualidad, Ju Wenjun, ajedrecista china de 31 años, es la vigente campeona del Mundial Femenino de Ajedrez, y viene ostentando este título en las últimas tres ediciones de la competencia.
Inspiración para el futuro
Las campeonas de ayer y de hoy también piensan en las campeonas del futuro. La Fundación Judit Polgár, creada por la gran ajedrecista húngara, está dedicada a la promoción del ajedrez a partir de los dos años, mientras que Jennifer Shahade, dos veces campeona americana de ajedrez y también jugadora semiprofesional de poker, ofrece clases de ajedrez a niñas y jóvenes en su organización sin fines de lucro, 9 Queens.
Sin dudas, a lo largo de la historia ha habido muchos avances de las mujeres en el ajedrez, desde aquellos primeros clubes femeninos del siglo XIX, hasta las grandes jugadoras de élite como Polgár y Wenjun. Por ejemplo, hoy muchos torneos son absolutos, es decir, no se dividen por género. Como hemos visto anteriormente, el Día Mundial del Ajedrez, creado en 2019, tiene como uno de sus principales objetivos promover la igualdad de género y el empoderamiento de niñas y mujeres. Es que queda camino por recorrer. Hoy en día, siguen existiendo torneos solo para mujeres y todavía hay mucho que trabajar en materia de inclusión y respeto.