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¿Qué tanto sabes del Día de Muertos? Aquí te lo contamos. Foto: ngenespanol.com
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Conoce el significado de los elementos de una ofrenda de Día de Muertos. Foto: ngenespanol.com

En México, una de las celebraciones más importantes es el Día de Muertos, en la cual recordamos a nuestros difuntos y ponemos una ofrenda en su honor con frutas, sus platillos favoritos y otros artículos, pero ¿sabes qué significa cada uno? A continuación, te contamos.

Para la ofrenda, hay elementos imprescindibles para recibir a las ánimas, mismos que tienen su historia, tradición y misticismo.

El agua se ofrece a las almas para que calmen su sed después de un largo recorrido y para que fortalezcan su regreso, además de que simboliza la pureza. La sal también es un elemento de purificación, para que el cuerpo no se corrompa es el viaje.

Las velas y veladoras simbolizan la luz, fe y esperanza, que guían a nuestros seres queridos a este plano. Algunas familias ponen una vela por cada difunto que recuerdan, además de que, si se ponen en cruz, simbolizan los cuatro puntos cardinales para que las ánimas puedan orientarse y encontrar su morada.

El copal o incienso son fragancias de reverencia, que se usan para limpiar los malos espíritus y que el alma pueda entrar a casa sin ningún peligro.

Ofrenda del Día de Muertos. Foto: Gobierno de México

Cempasúchil para guiar su camino

Las flores, por su parte, son símbolo de festividad y adornan mientras el alma está en sus antiguas casas; especialmente el cempasúchil, cuyos pétalos guían la ruta de las ánimas, por ello, siempre se hace un camino de la casa al panteón.

El petate ya no es un elemento que se pone en todas las ofrendas, pero su importancia recae en que es en donde las almas descansan de su largo viaje.

El pan (las tradicionales hojaldras) simboliza el ofrecimiento y es uno de los elementos más preciados ya que la iglesia lo presenta como el Cuerpo de Cristo. La forma de éste representa una tumba; el círculo de en medio, el cráneo; mientras que las canillas son los huesos; además, el sabor a azahar, el recuerdo de los ya fallecidos.

El mole es el platillo por excelencia de la celebración, debido a la estela de aromas que emana, además de que muchos pueblos en el país lo consideran un manjar de fiestas, aunque también se pueden agregar otros platillos que el difunto prefirió en vida.

Las calaveras de azúcar son la alusión a la muerte siempre presente; mientras que el licor es para que nuestros fallecidos recuerden los momentos agradables.

El papel picado en la ofrenda se pone en alusión al viento, que es uno de los cuatro elementos, por lo que es una especie de canal comunicativo entre la vida y la muerte, en el cual se pueden poner representaciones mismas de los fieles difuntos en la vida cotidiana.

Origen de la festividad

El origen de esta festividad radica en la celebración de los rituales religiosos católicos traídos por los españoles y la conmemoración que los pueblos indígenas realizaban desde la época prehispánica en nuestro país, mismos que se mezclaron para concluir en una de las tradiciones más grandes de México.

La celebración del Día de Muertos se realiza los días 1 y 2 de noviembre; el primero corresponde a Todos los Santos, mientras que el segundo, a los Fieles Difuntos.

Sin embargo, desde el 28 de octubre inicia la conmemoración de nuestros seres queridos fallecidos de acuerdo con la razón, causa o situación de su muerte: el 28 de octubre, recibimos a las personas que fallecieron en algún accidente; el 29, a las mujeres que fallecieron en labor de parto; el 31, a los niños del limbo -quienes fallecieron inmediatamente después de nacer-.

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