Mineras dedicadas a la extracción de tepetate y grava en las zonas del cerro El Montero y Metepec, en Coronango, arrojan sus desechos en depósitos excavados en la tierra, lo cual causa que contaminen el suelo e incluso que se filtren a las aguas subterráneas.
A las afueras de la cabecera municipal que lleva el mismo nombre, existen al menos tres minas a cielo abierto que llevan alrededor de 10 años siendo explotadas, por lo que hoy en día se encuentran contaminadas con toneladas desechos tóxicos y basura.
Ángulo 7 realizó un recorrido con integrantes del colectivo Consejo Ciudadano, que lo conforman vecinos del lugar, quienes indicaron que las empresas extranjeras, sin especificar cuáles, han extraído 10 millones de metros cúbicos de material, lo que genera daños y cambios en la morfología del suelo en 50 hectáreas, en donde se siembra maíz, frijol y calabaza.
Uno de los puntos es el cerro de El Montero, un lugar muy conocido por los habitantes que guarda leyendas y relatos populares, pero que se encuentra casi destruido; en el sitio se pueden observar excavaciones que superan los 20 metros.
Aunque el sitio se encontraba sin trabajadores, se apreció al fondo la maquinaria pesada encargada de romper y triturar la piedra, al fondo, una caseta de vigilancia.
De acuerdo con Honorato, uno de los habitantes y miembros del grupo, “las autoridades municipales conocen la situación y no se preocupan de la cuestión ecológica por culpa de la corrupción, por lo que esperan que se paren estas acciones y que se haga una explotación más racional”.
Obras clausuradas
A 15 minutos del lugar, está la zona de Metepec, donde se encuentran dos excavaciones más, también contaminadas, y una de ellas clausurada por la Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial estatal, con la fecha del pasado 8 de octubre.
“Es muy grave la situación, en los hoyos arrojan materiales de construcción de la empresa Ternium, incluso se ha visto que arrojan materiales de hospitales, y todo eso se filtra en el agua que está a cinco metros de profundidad, muy cerca ya, y esa agua es la que consumimos todos los días”, comentó Honorato.
Además al fondo de uno de los puntos, se pudo observar espacios donde brotaba agua clara, mientras a varios metros de distancia se encontraba uno de los pozos que abastece a la comunidad.
Los pobladores confían que su voz se escuche para que las autoridades municipales entrantes, así como el gobierno estatal puedan hacer algo y parar el daño al medio ambiente, además que la gente del municipio se enteré ya que indican que muchos desconocen sobre la situación.
