¿Sabías que en el zócalo de Puebla se erigía un obelisco?
¿Sabías que en el zócalo de Puebla se erigía un obelisco?. Foto: Especial
¿Sabías que en el zócalo de Puebla se erigía un obelisco?
¿Sabías que en el zócalo de Puebla se erigía un obelisco?. Foto: Especial

El zócalo de Puebla, durante la época virreinal, tuvo un obelisco durante casi 80 años en honor a Carlos III de España, el cual también conmemoró otros eventos históricos, indicó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

De acuerdo con un estudio de dicha institución, dicha estructura, colocada el 4 de noviembre de 1763, fue el resultado de un proyecto por parte del gremio de platería de la ciudad para celebrar la proclamación del rey Carlos III de España.

La “pirámide”, como también se conocía, fue realizada con piedra de Tecali de Herrera, la cual tenía un tamaño de 31 varas de alto (más de 26 metros) que además contenía una efigie de la figura del rey.

En ella se colocaron placas conmemorativas con motivo de la jura de la Constitución de la Monarquía española en 1812 que posteriormente fue sustituida por inscripciones del Grito de Independencia de 1810, la jura de la Constitución de 1824, así como de la Constitución de Puebla en 1825.

Si bien, en un inicio estaba pensada para colocarse en el centro del zócalo, debido a que impedía la realización de las fiestas reales, esta fue colocada delante de la fuente de San Miguel, cercana al cruce de la 2 sur y Palafox y Mendoza.

El obelisco estuvo hasta 1841, luego de que el gobernador interino la retiró del sitio para sustituirla por el monumento a “La América”, también conocida coloquialmente como “El caballito de Troya”.

¿Qué pasó con el monumento?

Existieron proyectos para trasladarlo a varios puntos de la ciudad, entre ellos el Paseo Bravo, pero debido a problemas de costos, fue llevada al antiguo colegio jesuita de San Francisco Javier en 1843, hoy el Instituto Cultural Poblano, en donde fue abandonado y sus restos se perdieron entre los escombros del edificio.

Muchos años pasaron y el monumento quedó olvidado a causa de las remodelaciones que le hicieron al zócalo en 1871 que consistió en la colocación de un quiosco, jarrones con plantas, candelabros y estatuas de bronce de diosas romanas, hasta convertirse en lo que hoy se conoce.

Fue hasta 1975 que la efigie del rey fue encontrada en una de las capillas de la catedral, la cual en su momento no fue identificada, tras estudiarla se confirmó que pertenecía al antiguo obelisco, por lo que fue llevada al Museo Regional de Antropología e Historia para su exhibición, siendo el único elemento que queda para recordar su existencia.

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