Van cuatro días del gobierno de Eduardo Rivera Pérez y ya demostró que desea cambiar el rumbo de la ciudad de Puebla en los siguientes tres años.
Sin embargo, no será una tarea fácil de hacer luego del desastre que le heredó la gestión de Claudia Rivera Vivanco, aunque tampoco es imposible de hacerlo.
Para ello, tendrá que establecer las bases de lo que será su gobierno y la única manera de planificar el rumbo de la ciudad, son con los 120 días a los que hizo referencia durante su toma de protesta en el Centro Expositor.
No obstante, el alcalde capitalino y quien llegó con un fuerte bono democrático tras ganar el 6 de junio, tiene que limpiar la casa, tiene que limpiar el ayuntamiento de Puebla de todos los infiltrados que le dejó Claudia Rivera Vivanco.
Para muestra un botón son los 100 sindicalizados, que heredó la ex presidente municipal de Puebla.
Esos sindicalizados, fieles al proyecto anterior no son de a gratis, tienen el reto, según dicen a este reportero, de cuidarle las espaldas a Claudia Rivera Vivanco de las anomalías que cometió al frente de la administración municipal.
¿Será?
Pero eso no es todo, los infiltrados, perdón, perdón, los sindicalizados, también tienen la tarea de llenarle de piedritas el buche al alcalde Eduardo Rivera Pérez.
Insisto ¿Será?
Si el presidente municipal emanado del PAN quiere establecer las bases de lo que será su gobierno en los siguientes 120 días, también deberá incluir la depuración de aquellos morenistas que lo vigilan desde la comodidad de su silla.
Hasta aquí mi reporte.
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La frase
“No quiero verme condicionado por mi entorno, quiero que mi entorno se vea condicionado por mí”.
Jack Nicholson
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