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Pemex compra refinería Deer Park // A partir de ahora, 100% mexicana // Combustibles: 340 mil barriles más

Carlos Fernández Vega en su columna México SA, publicada en La Jornada, indica que en los seis gobiernos neoliberales no se construyó una sola refinería, porque –decían los tecnócratas– no es negocio para el Estado y, de hacerlo, sería una injustificada pérdida de recursos públicos (de hecho, en 1991 clausuraron una, la 18 de marzo en Azcapotzalco, que procesaba alrededor de 300 mil barriles por día). Ni una, pues, pero sí destinaron (a partir de 1993, con Salinas de Gortari en Los Pinos) crecientes recursos de las arcas nacionales para mantener una oscura asociación (50-50 por ciento) con la petrolera Shell en la refinería de Deer Park, en Houston, Texas, en la que, a pesar de la presunta paridad accionaria, la trasnacional tomaba las decisiones.

La demanda de gasolina y diésel en el país ha crecido exponencialmente, a la par de la dependencia del exterior y el consecuente gasto por su importación, pero los neoliberales no autorizaron siquiera un solo tornillo para la construcción de una nueva refinería. En 2008, el Borolas anunció, en cinco ocasiones (todas de saliva), que construiría la Bicentenario, en Tula, Hidalgo, pero lo más lejos que llegó fue a levantar una costosísima barda perimetral en los terrenos cedidos por el gobierno de Hidalgo (en ese entonces con Miguel Ángel Osorio Chong en la oficina principal, que sólo endeudó aún más a los hidalguenses), mientras la adquisición de combustibles en el mercado internacional (especialmente en Estados Unidos) crecía y crecía. Con su reforma energética, Peña Nieto ni la saliva respetó: simplemente la borró del mapa.

De las seis destartaladas refinerías que los gobiernos neoliberales heredaron, las más jóvenes –las niñas pues– datan de 1979. ¿Resultado? Para dar una idea de qué tamaño ha sido el negocio que no es negocio, de 2001, con Fox en Los Pinos, a 2018, con Peña Nieto en la residencia oficial, México erogó alrededor de 250 mil millones de dólares en importación de gasolinas y diésel, algo así, a precios actuales, como 25 por ciento del producto interno bruto. ¿A los bolsillos de quién fue a parar esa catarata de dinero que no es negocio?

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El Cachas y El Hoyos

Julio Hernández López en su columna Astillero, publicada en La Jornada de San Luis, indica que Eduardo Caccia se define como un “investigador antropológico de consumidores”. Quería ser arqueólogo, pero la vida lo llevó a dedicarse “a escarbar profundo en las capas de la mente humana, hasta el fondo, donde están enterrados los tesoros”. Fundó Mindcode, “empresa de neuromarketing y posicionamiento de marcas donde es autor de la metodología brandgenetic y socio fundador de Antropomedia, firma especializada en antropología de redes sociales y en el entendimiento de las tribus digitales” (https://bit.ly/34fopJq ).

Pues bien, ayer Caccia (Ciudad de México, 1962: https://bit.ly/3fjj62c ) tuvo sus minutos de fama en las redes sociales a partir de un artículo publicado en el diario Reforma, titulado “¡Vas, carnal!” (aquí puede leerse, en un portal alterno: https://bit.ly/3yBoLZ2 )./

Pocas veces se tiene la oportunidad de palpar a plenitud la textura política e ideológica de la derecha mexicana como lo ha permitido Caccia con un escrito revelador de la distancia absoluta que hay entre las élites socioeconómicas y la realidad de un México al que creen que pueden acercarse mediante la imitación discriminatoria y clasista de lo que entienden como “habla popular”.

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La columna Frentes Políticos, publicada en Excélsior, indica que 1. Rigor de ocasión. Aprovechando que los consejeros del INE están propositivos en cuanto al retiro de candidaturas, como las de Félix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero o la de Raúl Morón en Michoacán, las comisiones unidas de Prerrogativas y Partidos Políticos y de Igualdad de Género del INE propondrán al Consejo General la cancelación de tres candidaturas, debido a que sus propietarios tienen sentencias definitivas por violencia política de género. Corresponden a dos hombres y una mujer, que tenían dos candidaturas de mayoría relativa y una de representación proporcional. Los consejeros no mencionaron los nombres ni los partidos a los que pertenecen. Pero una cosa sí está muy clara: la guillotina ataca de nuevo.

2. Agencia de colocaciones. El superdelegado de programas sociales del gobierno federal en Guanajuato, Mauricio Hernández Núñez, ha engrosado la nómina federal con familias enteras que laboran en la Secretaría del Bienestar. Contrató en mayo de 2020 a un grupo de mujeres jóvenes para desempeñar cargos estratégicos, pese a que su mayor nivel educativo es la secundaria. Todas, de una misma familia. Las siete jóvenes se desempeñaban como edecanes, empleadas de tiendas departamentales y hasta cocineras, previo a su ingreso al servicio público. El caso fue denunciado en redes sociales por un ciudadano. ¿Para eso quieren ser parte de la transformación? No nos defrauden.

3. Intimidación en tono etílico. Se difundió un audio en el que la alcaldesa de Metepec, Gabriela Gamboa, asegura, arrastrando la voz, que tiene en la mira a la hija del precandidato rival, una joven de 20 años de edad. Con un lenguaje soez, impropio para una funcionaria que busca reelegirse, amenaza con atentar contra la hija de Fernando Flores Fernández. “Recuérdaselo, cabrón, ¿quieren putazos? ¡Los tienen güey! ¿Quieren putear a sus hijos? ¡Sin pedos, sin pedos! Abrimos la caja de Pandora”, amenazó. Al escuchar a los aspirantes políticos lanzar amenazas de muerte, en verdad hay que preguntarse si serían capaces de mandar a matar. ¿De dónde se sacaron este perfil de candidatos, más corrientes que comunes? ¿Atemorizar está en el manual de principios del partido, señora?, ¿en qué inciso?

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