Discapacidad motriz no limita a Miriam para terminar la universidad
Discapacidad motriz no limita a Miriam para terminar la universidad. Foto: Especial
Discapacidad motriz no limita a Miriam para terminar la universidad
Discapacidad motriz no limita a Miriam para terminar la universidad. Foto: Especial

Miriam García, poblana de 20 años, nació con secuelas de parálisis cerebral que le provocaron problemas motrices, lo cual no ha sido un obstáculo, ya que cada día lucha para poder ser independiente y concluir sus estudios universitarios.

En el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, el 3 de diciembre, Ángulo 7 visitó el hogar de la joven, en la colonia Guadalupe Xonacatepec.

Angélica, su madre, recordó que su hija padecía problemas de salud desde que estaba en el vientre, ocasionando que naciera de manera prematura, con dificultades para respirar, secuelas de parálisis cerebral que, posteriormente, le ocasionaron paraplejias y problemas de aprendizaje.

A pesar de esto, logró salir adelante con sus terapias y ahora trabaja en su próximo reto, que es terminar la licenciatura en Lenguas Modernas Aplicadas en la Universidad Alvart, pues sueña con algún día ser traductora o docente, a la vez, poder ser más independiente y viajar a diferentes partes del mundo.

“Me tengo que esforzar un poco más”

Para esto, dijo que trata de ser cada vez una mejor alumna, pues no debe reprobar para así mantener la beca de la universidad y concluir con el último año y medio de estudio.

“Me gusta mucho estudiar, soy buena en lo que hago, pero me tengo que esforzar un poco más que los demás, soy consciente de que hay cosas que no puedo aprender tan rápido y se me dificulta porque me pongo a pensar mucho, varios maestros me han dicho que soy buena alumna y me ayudan (…) escogí esta carrera porque quiero ser independiente, viajar, hacerlo sola, aunque a mi familia le asusta mucho que ande sola en la calle”, comentó.

El simple hecho de salir a la calle, es todo un reto para Miriam, pues debe hacerlo con la compañía de alguien, sin embargo, es algo que poco a poco está venciendo; “necesito un bastón o un apoyo para poder caminar, al principio no me gustaba que la gente me viera, pero ahora voy madurando y entendiendo las cosas”.

Otro aspecto que le ha costado es conseguir un trabajo para ayudar a pagar sus estudios, pues no lo ha conseguido a pesar de que ha buscado en diferentes partes de su colonia, lo que la llevó en algún momento a vender gelatinas con sus vecinos. Actualmente, recibe el apoyo que otorga el gobierno federal para personas con discapacidad hasta los 30 años.

Miriam, está nerviosa y ansiosa por regresar a clases presenciales, además, quiere conocer a sus maestros y compañeros que por ahora solo los conoce en línea. Ella, como miles de personas en estas condiciones, no se rinde, siendo un ejemplo para muchos.

“Todos los problemas que he superado durante todo este tiempo me han ayudado para poder entender que soy así, que lo que tengo es para siempre y tengo que aprender a quererme”, concluyó.

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