El presidente, Andrés Manuel López Obrador, propuso, ante el Consejo de Seguridad de la ONU, la creación de un “plan mundial de fraternidad y bienestar” con el fin de apoyar a los 750 millones de más pobres del planeta, por medio de becas y pensiones.
En su participación, el mandatario explicó que dicho fondo puede financiarse mediante tres fuentes: una contribución voluntaria anual del 4 por ciento de la riqueza de las mil personas con más ingresos del mundo; una cuota del mismo porcentaje para las mil corporaciones más importantes y el .02 por ciento del PIB de los países del G-20.
Aseguró que de cumplirse con la meta de recursos, el plan mundial dispondría de un billón de dólares anuales, los cuales serían destinados a las 750 millones de personas que sobreviven con menos de dos dólares al día, para garantizar el “derecho a una vida digna”.
Al asumir la presidencia del Consejo de Seguridad, en Nueva York, Estados Unidos, expresó que de aprobarse el fondo, los apoyos deberán ser entregados de manera directa y sin intermediación alguna, pues en “muchos casos” los recursos se desvían o son gastados en los aparatos burocráticos.
Indicó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) podrían colaborar en la creación de la estructura requerida, realizando un censo de la población objetivo el próximo año.
Apoyos serían pensiones, becas y dinero para capacitaciones
Los apoyos, comentó, consistirían en el otorgamiento de pensiones a adultos mayores, menores con discapacidad, becas para estudiantes, apoyos a jóvenes para capacitarlos, como los programas que aplica su gobierno.
Mencionó que su propuesta no hace referencia a armas nucleares o la invasión de otros países, por lo que no pone en riesgo la estabilidad de ningún país, sino que busca el apoyo a quienes más lo requieren.
Corrupción impide derecho a una vida libre, reitera
Reiteró que el principal obstáculo para alcanzar el derecho a una vida libre de temores y miserias, es la corrupción, la cual se nota en diversos ámbitos, siendo la principal causa de la desigualdad, pobreza, frustración, violencia, migración y graves conflictos sociales.
Aseveró que el egoísmo y la ambición están desplazando el “espíritu de cooperación” a nivel mundial, con lo que nos “deslizamos” de la “civilización a la barbarie”.
En su discurso por la inauguración del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) recalcó que “la paz es fruto de la justicia”, por lo que ningún país puede ser viable si persisten y se incrementan la marginación y la miseria.