Biani López-Antúnez, de diez años, narró a su maestra los abusos sexuales de los que ella y varias de sus compañeras fueron víctimas por el cura Fernando Martínez Suárez, miembro de los Legionarios de Cristo, en la capilla del exclusivo colegio Cumbres de Cancún.
Lo anterior, a través de una carta escrita y firmada por la menor el 14 de mayo de 1993, a petición de Beatriz Sánchez, entonces maestra de inglés en dicha institución, la cual fue revelada casi 27 años después por la agencia de noticias internacional AP.
En el documento, la niña refiere que el padre les “empezó a tomar confianza y pensó que éramos muy tontas”, a ella y sus compañeras, tras lo cual comenzó a llevarlas a la capilla para “besarlas en la boca” y “cargarlas entre las piernas”.
Asimismo, exhibe el miedo que le tiene al clérigo, pues le pide a su destinataria, como posdata, que guarde el secreto.
De acuerdo con Irma Hassey, madre de Biani, su hija le contó lo sucedido, por lo que llamó al superior de los Legionarios para pedirle una explicación, pero este la disuadió de denunciar el caso pidiéndole perdón y prometiéndole que sacaría al sacerdote violador de Cancún al día siguiente.
La revelación de la carta viene después de que la comunicadora Ana María Salazar, exalumna del mismo colegio y quien denunció que fue víctima de violación por parte de mismo cura cuando tenía 6 años, hiciera pública su historia a fines de 2019.
Salazar ha señalado que el retiro de Martínez Suárez del sacerdocio, autorizado por el propio Papa Francisco I, indica que él también busca encubrir a pedófilos en la Iglesia Católica, como lo hicieron sus dos antecesores, Benedicto XVI y Juan Pablo II, con Marcial Maciel, fundador de los Legionarios, acusado de violar a decenas de seminaristas.
