En el país, 7 de cada 10 niños y adolescentes hacen uso de dispositivos conectados a internet para tomar clases a distancia por la pandemia del Covid-19; sin embargo, lo hacen sin supervisión, exponiéndolos al ciberacoso.
Así lo indicaron los ingenieros mexicanos Ana Cecilia Pérez y Juan Pablo Carsi, quienes fundaron la iniciativa Escuelas Ciberseguras, argumentando que, ante lo anterior, los padres de familia necesitan herramientas para guiar y proteger a sus hijos en el ciberespacio.
Agregaron que las instituciones educativas deben contar con recursos que promuevan la educación en ciberseguridad y la protección en sus mismas plataformas digitales educativas.
De acuerdo con un informe de la OEA, apuntaron, los menores de edad se han convertido en el objetivo de los atacantes para cometer ilícitos como abuso sexual en línea, ciberacoso, grooming (estrategias de un adulto para ganar la confianza de un menor) e, inclusive, “sextorsión” bajo amenaza de difundir imágenes o videos sexuales de las propias víctimas.
“Tanto las instituciones como los niños y adolescentes nunca deben dejar de aprender y mantenerse actualizados sobre las amenazas digitales. Sabemos que al menos 3 de cada 10 niños y niñas han conocido a extraños primero a través de internet, antes de concretar un encuentro en persona” mencionaron los fundadores de la iniciativa.
Necesario, que escuelas tengan protocolos
Por ello, para disminuir incidentes de ciberseguridad y para la protección a las comunidades educativas, Carsi y Pérez contribuyeron en la emisión de la Norma Mexicana Escuelas Responsables en el Uso de Internet (NMX-I-319-NYCE-2018), cuya declaratoria de vigencia fue publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
Explicaron que la Norma busca establecer las condiciones de seguridad que deben tener las instituciones educativas para proveer acceso seguro a internet, proteger la información de alumnos, profesores y padres de familia, y elevar el nivel de cultura de ciberseguridad en todas las edades: niños, adolescentes y jóvenes.
“Las instituciones educativas no están listas para detectar la manipulación o filtración de información de los miembros de la comunidad educativa. Es urgente que cuenten con un protocolo de actuación ante estos incidentes, y es importante también que los padres seamos conscientes de que nuestros hijos pueden ser víctimas de un crimen cibernético”, señaló Pérez.