El Gobierno de México no concretó la venta del avión presidencial, comprado en el sexenio pasado, en California, Estados Unidos, de manera a que lo traerá de vuela a México, donde seguirá intentando venderlo, por 130 millones de pesos, o lo rentará a privados.
Así lo afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador, durante su conferencia de prensa matutina, donde señaló que la aeronave Boeing 787 quedará a cargo de la Fuerza Aérea, la cual tendrá en cuenta tres opciones.
La primera —expuso— consiste en que continúe el proceso de búsqueda de un solo comprador; la segunda es hacer una “venta compartida” a consorcio de empresas, que podrían ser mexicanas.
Sobre esta última, precisó que hay una propuesta de vender 12 acciones a 12 compañías para que el costo sea menor y que lo puedan utilizar para viajes de sus ejecutivos.
Refirió que la tercera posibilidad es la renta por hora del avión, como se hace con una aeronave similar en Asia.
En cualquier caso, el mandatario afirmó que el control de aeronave y el cobro de estarían a cargo de la Fuerza Área.
Lo anterior, con base en el informe de Jorge Mendoza Sánchez, director general del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras).
En cuanto al avalúo del avión, el mandatario señaló que es de 130 millones de dólares, lo cual es menos de la mitad de los 218 millones por los cuales lo compró el gobierno del panista Felipe Calderón Hinojosa.
Asimismo, reveló que el mantenimiento del avión mientras estuvo aparcado en el hangar de Victorville ascendió a 30 millones de pesos.
