De los 15 acuíferos del estado que tienen una superficie de 68 mil 557 kilómetros cuadrados, la mayoría presenta estrés hídrico, pues no genera la recarga necesaria para el abastecimiento de los poblanos, incluso el de Tecamachalco tiene déficit.
En el Plan Estatal de Desarrollo (PED) 2019-2024 de Puebla, se explica que una de las causas que contribuyen al bajo rendimiento de dicho acuífero es que, de los 217 municipios, solo 25 cuentan con un operador adecuado de agua, por lo que el resto de las localidades operan sin un organismo especial para el líquido.
De igual forma, se precisa que el mantenimiento de las más de 200 plantas residuales que operan en los municipios es deficiente, pues alrededor del 70 por ciento está fuera de operación o no cumplen con las normas vigentes.
Lo anterior, debido a que la cultura de pago de este servicio ha mantenido niveles de cartera vencida del 50 por ciento en promedio; cabe mencionar que en la ciudad, Agua de Puebla es señalada de mal servicio.
Calidad de servicio y consumo
El plan cita el Índice Global de Acceso a los Servicios Básicos de Agua (Igasa), encargado de analizar la disponibilidad y la calidad del mismo, que en 2016 calificó a Puebla con 0.66 puntos, lo que, dentro de la escala, significa que el servicio del líquido es “regular” pues, para alcanzar la clasificación de “adecuada”, se requieren 0.79.
Como resultado, en estudio realizado este año por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), destacaron los municipios de Miahuatlán, Tehuacán, Tepeaca y Zinacatepec, entre 15 localidades del país con peor calidad de agua.
Por otra parte, señala el documento, el estado absorbe más del 40 por ciento de este recurso a la región hidrológico-administrativa que le corresponde, la de Balsas y Golfo Centro, por lo cual, se considera que la entidad está ejerciendo “fuerte presión” sobre el líquido vital; no obstante, dicho consumo se extrae principalmente de balsas, siendo el Golfo Centro el menos utilizado, por lo que su recurso hídrico es mayor.
En su plan, el gobernador Miguel Barbosa Huerta resalta la importancia de coordinar, de manera transversal, distintas prácticas para el saneamiento y restauración de las cuencas de a agua potable.
“La incorrecta gestión, tratamiento y uso irracional del agua han provocado la contaminación de cuerpos de agua, las descargas residuales sin tratamiento, conflictos por las fuentes de abastecimiento, sobreexplotación de acuíferos, uso irracional e ineficiente del agua en los centros urbanos”, expresa el documento.
