Rosario Ibarra de Piedra, líder histórica de la búsqueda de desaparecidos políticos en México, encargó este viernes al presidente Andrés Manuel López Obrador su medalla Belisario Domínguez, hasta que se conozca la verdad sobre el paradero de su hijo y demás víctimas de dicho crimen.
A través de Twitter, López Obrador respondió unas horas más tarde que hará “todo lo que humanamente me sea posible para lograr ese propósito. Por ella, por los familiares de las víctimas y por el bien de la República”.
En una emotiva ceremonia celebrada en el palacio Xicoténcatl, antigua sede del Senado en la Ciudad de México, las hijas de Rosario Ibarra, Claudia y Rosario Piedra Ibarra, recibieron a su nombre la presa, que es el máximo galardón que la Cámara Alta entrega por méritos cívicos.
Claudia leyó un mensaje de la activista, quien no asistió a la ceremonia, donde recordó que gobiernos pasados cometieron crímenes de desaparición forzada y pusieron obstáculos a los familiares para impedirles conocer el destino de sus deudos y acceder a la justicia.
Lo anterior, ante senadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que tenía la Presidencia y la mayor parte del poder político durante la llamada Guerra Sucia, entre las décadas de 1960 y 1980, cuando se registró la mayoría de casos de desaparición de presos políticos.
También lamentó que, a casi un año del inicio del gobierno de López Obrador, al cual recibió con esperanzadas, no ha habido ningún avance para cumplir las demandas históricas del colectivo Eureka, que Rosario Ibarra fundó en 1977 con el nombre del Comité Prodefensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos.
Con tono firme, criticó que, como en las administraciones pasadas, las familias de desaparecidos han recibido “escarnio y burla” de funcionarios del actual gobierno federal.
Por lo anterior, pidió a López Obrador no permitir que “que la violencia y la perversidad de gobiernos anteriores siga echando y actuando desde las tinieblas de la impunidad”.
“No quiero que mi lucha quede inconclusa. Es por eso que dejo en tus manos (dijo al presidente) la custodia de este preciado reconocimiento y te pido que me lo devuelvas junto con la verdad sobre el paradero de nuestros queridos hijos y familiares y con la certeza de que la justicia anhelada por fin llegará”, agregó.
Y cerró su mensaje con el grito de lucha de madres y familias de los desaparecidos: “¡Vivos los llevaron. Vivos los queremos!”.
