El asesinato de Telésforo Santiago Enríquez, en el municipio de San Agustín Loxicha, Oaxaca –ultimado un día antes de la conmemoración de la Libertad de Prensa– representa la octava desde el inicio del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
Santiago Enríquez transitaba por el barrio Tres Cruces, en el municipio antes mencionado, a bordo de su automóvil, cuando se dirigía a conducir un programa en la radio comunitaria El Cafetal de San Agustín, pero sujetos desconocidos lo emboscaron privándolo de la vida.
Vale la pena recordar que desde que López Obrador asumió el cargo como presidente se han cometido ocho asesinatos a periodistas.
Ante el hecho, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) externó su indignación por la muerte del periodista y pidió al gobierno de Oaxaca y a la Fiscalía General del Estado (FGE) salvaguardar la vida y seguridad de sus familiares así como los de sus compañeros en la radio además de investigar los hechos.
Señaló que el fallecido, en su programa radiofónico, exponía su crítica del quehacer gubernamental y recientemente denunció públicamente a las autoridades municipales de la región por supuestos desvíos de recursos.
“Con violencia no hay libertad de expresión”
Por otra parte en el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa, la CNDH presentó la campaña “Con Violencia no hay Libertad de Expresión”, la cual tendrá la finalidad de alertar a la sociedad sobre el riesgo que los periodistas enfrentan al realizar su trabajo y la necesidad de implementar acciones desde los tres niveles de gobierno con el fin de evitar agresiones.
Durante la presentación, la coordinadora del área de ciencias sociales de la Universidad del Valle de México (UVP), Nancy Payán Villanueva, destacó que los delitos contra mujeres periodistas muchas veces son acompañadas de agresiones sexuales o amenazas contra sus familiares, lo anterior con el fin de hacer un llamado a que las autoridades encargadas de la investigación utilicen estereotipos de género.
La comisión advirtió sobre un nivel de impunidad del 90 por ciento en los delitos de homicidio, desaparición y atentados contra instalaciones de medios de comunicación, porcentaje que va creciendo si se toman en cuenta las amenazas en redes sociales.