Tras recular en su posición de reservar por cinco años el audio del helicóptero donde murió la exgobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso Hidalgo, el gobierno federal lo publicó este jueves y también reveló que la aeronave salió de la casa del empresario José Chedraui Budib.
Lo anterior, durante la conferencia presidencial matutina, donde Carlos Morán Moguel, subsecretario de Comunicaciones y Transportes, reiteró que las pruebas recogidas en el lugar del siniestro serán analizadas en laboratorios de Estados Unidos, Canadá e Italia, pero que el dictamen final estaría listo en uno o dos años.
En el evento, resaltó el cambio significativo en la ruta del helicóptero que difundió el gobierno, pues ahora el funcionario señaló que no despegó del Triángulo de las Ánimas, sino “desde una casa particular propiedad de un empresario de apellido Chedraui”, y sólo añadió que se llama José.
Por su parte, en el audio se aprecia que, en la primera comunicación con la torre de control del aeropuerto de Puebla, el piloto del helicóptero refiere estar despegando de dicho centro comercial.
Posteriormente, la comunicación se corta casi un minuto, pero el piloto explica que fue porque “reencendimos el radio” y le informa que está a 6.6 millas del aeropuerto. En seguida, acuerda llamar al controlador cuando la aeronave esté cruzando la torre de control, pero esto ya no ocurre.
Resaltan 11 llamados de la torre de control para comunicarse nuevamente con el helicóptero para saber su ubicación. De acuerdo con el funcionario, antes del primer intento sucedió la caída.
No obstante, llama la atención que los horarios de la transcripción no corresponden con los del accidente, pues oscilan entre las 20:34 horas y las 20:49, cuando el accidente fue reportado entre las 14:00 y las 14:30 del 24 de diciembre de 2018.
Sin indicios de atentado, aseveran
Sobre la versión de un posible atentado contra el helicóptero, donde también murieron el senador Rafael Moreno Valle y otras tres personas, el funcionario dijo que no existen indicios de un “ataque” desde el exterior.
Reconoció que en el sitio del accidente no se pudo hallar el rotor de masa, que –aseguró– “no es relevante” para la investigación, aunque no descartó que personas ajenas a los peritajes se hayan llevado otras piezas.
En cuanto a los datos reservados, expuso que la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) tiene la regla de hacerlo por cinco años en el caso de solicitudes públicas de información.
Asimismo, adelantó que no tiene caso que el gobierno federal dé reportes regulares sobre las investigaciones, pues el dictamen final concentrará las conclusiones de todos los expertos nacionales e internacionales.
