En el juicio contra Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, una fiscal estadounidense dijo este miércoles al jurado que hay “una avalancha” de pruebas que demuestran que fue un sanguinario líder del Cártel de Sinaloa que se dedicó a traficar toneladas de cocaína.
Durante cinco horas de argumentos de cierre, la fiscal Andrea Goldbarg habló a los 12 jurados para convencerles de que Guzmán Loera no era un simple empleado del cártel, sino que fue uno de sus principales jefes durante años y que usó la violencia y promovió la corrupción a fin de “hacer lo necesario” para construir “su imperio”.
Durante su monólogo en la corte federal de Brooklyn, Estados Unidos, mostró en una pantalla fotos, videos y mensajes de texto que fueron ya expuestos durante el juicio como pruebas e hizo al jurado escuchar conversaciones telefónicas del acusado en las que les da órdenes a sus trabajadores.
Explicó cada uno de los diez cargos que enfrenta, incluyendo los referentes al tráfico de drogas, el lavado de dinero y el uso de armas y recordó al jurado detalles sobre cargamentos de droga, incautaciones y métodos de transporte de la cocaína.
Defensa sólo usó media hora
Destacó que de los 14 cooperantes que testificaron, 11 afirmaron que cumplían sus órdenes y que él tenía un ejército de pistoleros para matar a sus enemigos, además de túneles conectados a la bañera de su casa y de una milla de longitud para escapar de prisión, tras lo cual le dijo al jurado “no dejen que no enfrente responsabilidad por sus crímenes. Háganlo responsable. Declárenlo culpable de todos los cargos”.
El juicio lleva 11 semanas y han testificado en 56 personas en contra de “El Chapo”, en tanto, el turno para presentar pruebas y llamar a testigos de sus abogados duró poco más de media hora tras interrogar brevemente a un agente del FBI el pasado martes.
Se espera que el jueves el equipo legal de Guzmán Loera ofrezca sus argumentos de cierre, el cual asegura que las acusaciones son falsas. El mismo viernes o el lunes se espera que el jurado empiece a decidir su veredicto.
Fuente: El Financiero
Editado por Diana Lizeth Pérez Morales