A unas horas de acabar el Buen Fin, vendedores ambulantes retomaron el Centro Histórico de Puebla, en particular la calle 5 de Mayo y parte de las perpendiculares, con puestos de ropa y accesorios para celulares principalmente.
Aunque el trato con el ayuntamiento de Puebla era desocupar el primer cuadro de la ciudad del viernes 16 al martes 20 de noviembre para no afectar al comercio establecido durante el periodo de promociones y descuentos, los informales rompieron el acuerdo y desde la mañana de este lunes se instalaron como a diario lo hacen.
La invasión comienza desde la 12 Poniente, zona tomada por los ambulantes desde hace años y que fallidamente se ha tratado de ordenar.
Conforme se avanza hacia el sur sobre la 5 de Mayo, se puede encontrar ropa, zapatos, antojitos, accesorios para teléfonos, mochilas, bisutería, perfumes, relojes, papelería y juguetes.
Si bien este lunes no volvieron todos los ambulantes que había hasta el jueves pasado, algunos de ellos sí lo hicieron y quizá llegaron algunos nuevos que se distinguen por ofrecer sus mercancías mientras caminan.
En esta modalidad se encontrarán máquinas de coser de mano, quitadores de pelusa de ropa y calcetines para bebés.
Además, hay caos vial
Todo lo anterior, sumado al conglomerado de gente que aprovechó el fin de semana largo para acudir al centro, provocó complicaciones para el tránsito de personas y vehículos en las intersecciones con la 5 de Mayo.
Como es común, este problema se hace más evidente en la 6 Poniente, en la entrada de Plaza Victoria, que este día volvió a ser tomada por los ambulantes.
Ropa, gorras, calzado, un puesto de bolsas y un vendedor de lotes y esquites obstaculizaron el cruce de peatones y autos, ya que ahí la 5 de Mayo deja de ser peatonal por una cuadra y permite el paso de vehículos.
Hasta este lunes, el ambulantaje se extendía hasta la esquina con la 2 Poniente, pero se espera que para el martes se incremente la colocación de puestos, lo cual agudizará la presión del comercio establecido contra el ayuntamiento encabezado por Claudia Rivera Vivanco.
