Al rendir su Sexto Informe de Gobierno, el presidente saliente, Enrique Peña Nieto, reiteró que “el logro más importante” de su administración fue el paquete de llamadas “reformas estructurales”, aunque reconoció que no pudo “lograr la paz” en todo México.
En la ceremonia solemne, realizada este lunes en el Palacio Nacional, hizo un recuento de las promesas que realizó en su campaña presidencial, en 2012, entre las cuales destacó que “el combate a los grupos criminales logró reducir los niveles de violencia”.
No obstante, señaló que, si bien el gobierno federal disminuyó significativamente a las organizaciones delincuenciales, las policías locales no pudieron combatir “efectivamente”| el crimen.
Respecto a las 14 reformas que impulsó durante el primer tercio de su sexenio, destacó las “transformaciones” producidas por la “laboral, energética, de competencia económica, de telecomunicaciones, hacendaria, financiera, educativa, de transparencia y de mejora regulatoria”.
“Las reformas no fueron un fin en sí mismas. Han sido los medios para avanzar hacia una sociedad más libre, incluyente y próspera, sustentada en una economía moderna y dinámica”, sentenció.
Respondimos para “desterrar corrupción”
Sobre el combate a la corrupción, aseguró que respondió para “desterrar la corrupción de la vida pública”, con el Sistema Nacional Anticorrupción, el Sistema de Transparencia y la Ley de Mejora regulatoria”, los cuales no han sido implementados plenamente a un año de su entrada en vigor.
Al referirse a la controvertida reforma educativa que el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, prometió revertir, presumió que esta modificación constitucional permitió “recuperar 44 mil plazas docentes”.
Asimismo, remarcó que, durante su sexenio, salieron de la pobreza extrema 2 millones de mexicanos y que de seguir esta tendencia se podrá erradicar la pobreza extrema en la siguiente década.
Editado por Luis Alberto Palacios
