El presidente Enrique Peña Nieto sostuvo que, “más allá de cuestionamientos”, el crimen organizado fue responsable de desaparecer y asesinar a los 43 normalistas de Ayotzinapa, como concluyó la PGR, aunque pidió perdón por los “errores” de su gobierno.
A poco más de tres meses de concluir su sexenio, el mandatario saliente indicó estar convencido de que los estudiantes fueron quemados en el basurero de Cocula, como “los padres saben”, y aseveró que, si hubo “errores y fallas” en la actuación de la Procuraduría General de la República (PGR), la investigación está abierta.
“Los padres saben que se detectaron llamadas de un grupo delincuencial que operaba en Chicago, Estados Unidos, con vínculo con un grupo de aquí que confirmaba la muerte de los estudiantes”, insistió en entrevista con la periodista Denise Maerker, en Televisa.
Aseguró que comparte la pena que “embarga a los padres por el dolor (…) que han tenido todos estos años en demanda de justicia, en demanda de saber qué les pasó a sus hijos”.
Asimismo, reconoció que los grupos delincuenciales, como el implicado en dicho caso, han “permeado en muchas esferas de gobiernos municipales”, sin referirse a la colusión a nivel estatal y federal.
Estrategia de seguridad, correcta, reitera
Respecto a la seguridad, reiteró que la estrategia que implementó fue correcta, pero insuficiente, pues la coordinación entre los gobiernos federal y estatales “no fue posible” a partir de la segunda mitad de su sexenio debido al “cambio de administración” en gubernaturas.
Sobre el narcotráfico, indicó que continúa expandiéndose porque el “consumo de droga sigue teniendo mucha demanda” y afirmó que México “sigue siendo país de tránsito”, lamentó.
“Siempre he creído que para que la estrategia de seguridad tenga éxitos hay que tener mayor inversión, pero no tuvimos margen”, lamentó.
Exgobernadores y Casa Blanca
Al tocar el tema de los exgobernadores priistas procesados por peculado y otros delitos —Javier Duarte de Ochoa y Roberto Borge Angulo— comentó que fueron “casos lamentables que estigmatizaron” a su partido, el PRI, aunque matizó que ninguna fuerza política escapó a señalamientos de corrupción.
En cuanto al caso de la Casa Blanca de la Lomas de Chapultepec, propiedad millonaria que habría adquirido gracias al tráfico de influencias, lo calificó como su “mayor error”, pues involucró a su esposa, la actriz Angélica Rivera Hurtado.
Por todo lo anterior, pidió perdón en los siguientes términos: “Pido perdón por los errores, perdón por la insuficiencia en varias explicaciones, sobre todo si a alguien agravié, si a alguien lastimé le pido una disculpa. Si alguien con el ejercicio o la forma en que goberné se sintió agraviado le pido disculpa”.
