El 30 de agosto, los diputados federales de la LXIII Legislatura concluirán su encargo con iniciativas pendientes y faltas acumuladas, pero sin dejar de percibir prerrogativas que sumarían 900 mil pesos, pese a que renunciaron a bonos especiales.
En medio de las discusiones sobre la política de austeridad que planea implementar el próximo gobierno, Mauricio Farah Guevara, secretario general de la Cámara de Diputados, insistió en que los diputados salientes sí van a cobrar los montos que les corresponden por ley.
Refirió que cada legislador tiene derecho a cobrar “su dieta, su gratificación de fin de año y lo que han venido ahorrando”, por lo que pidió no “buscar algo que en verdad no existe”, en referencia a quienes acusan que los legisladores se asignarán recursos extraordinarios.
Expuso que, entre las prestaciones de los congresistas, se encuentra una “caja de ahorro” en la que tuvieron oportunidad de acumular hasta el 12 por ciento de su dieta mensual de 74 mil 600 pesos, cifra que se paga por duplicado.
Esto, sin contar que bancadas como la del Partido Acción Nacional (PAN) suelen aportar a la caja de ahorro de cada integrante dos pesos por cada peso que éstos dan.
Dejarían pendientes y ausentismo
En contraste, los legisladores podrían dejar pendientes los nombramientos de los contralores del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).
Asimismo, no han avanzado en la discusión de las reformas para recortar la representación legislativa plurinominal ni para el mando mixto policial en el país.
En cuanto al ausentismo, el promedio de asistencia ha sido de 325 de 500 diputados, a lo que se suma el arribo de 144 suplentes para los titulares que pidieron licencia para saltar a un cargo de elección popular en los comicios del 1 de julio.
Editado por Luis Alberto Palacios
