El Papa Francisco reconoció “con dolor y vergüenza” que la iglesia no actuó a tiempo para reconocer “la magnitud y gravedad” de los abusos sexuales a menores, luego de que se reveló que mil niños fueron víctimas de curas en Pensilvania, Estados Unidos.
En una carta dirigida a los católicos, explicó que como institución no supieron estar donde debían estar y que “hemos descuidado y abandonado a los pequeños”.
Señaló que muchas veces el “grito” de ayuda de la víctimas fue “ignorado, callado o silenciado”, por lo que pidió actuar con solidaridad para que los afectados puedan “encontrar una mano tendida que los proteja y rescate de su dolor”.
El pontífice refirió que si bien los casos de los niños abusados en Pensilvania corresponden al pasado, las heridas causadas “nunca desaparecen”.
Llama a reconocer errores pasados
Llamó a los feligreses a pedir perdón “por los pecados propios y ajenos”, para reconocer los errores y delitos pasados, así como comprometerse más con el presente en un camino de “renovada conversión”.
Comentó que nunca será suficiente lo que se haga para intentar reparar el daño y reafirmó su compromiso de garantizar la protección a los menores y adultos en situación de vulnerabilidad.
Cabe recordar que, el pasado 14 de agosto, la Fiscalía de Pensilvania identificó a 300 curas católicos como responsables de abusar a menores de edad, a lo largo de 70 años, con la probable complicidad del Vaticano.
Editado por: Alfonso Ruiz