Una investigación de la Fiscalía de Pensilvania, en Estados Unidos, indentificó a más de 300 curas católicos como presuntos abusadores de menores, así como a unas mil víctimas, a lo largo de los últimos 70 años, con la probable complicidad del Vaticano.
De acuerdo con el documento de mil 400 páginas, entregado este martes por el fiscal de dicho estado, Josh Shapiro, se registraron abusos sexuales, hacia niños y niñas, por parte de sacerdotes de seis de las ocho diócesis locales: Harrisburg, Pittsburgh, Allentown, Scranton, Erie y Greensburg.
La mayoría de las víctimas eran adolescentes y preadolescentes, a quienes –detalló— mediante alcohol o pornografía, les hicieron masturbar a sus agresores, fueron manoseados, violados oralmente, vaginalmente o analmente, entre otros abusos.
Para ocultar estos casos, los líderes de la Iglesia, tanto en Pensilvania como el Vaticano, conformaron una “red de protección” de pedófilos, cuya misión era desalentar a las víctimas, para que no denunciaran, y silenciar cualquier escándalo.
Estas perturbadoras revelaciones se dan semanas después de que Theodore McCarrick, exarzobispo de Washington de 88 años, renunciara a su cargo de cardenal ante acusaciones de abusar sexualmente de niños y adultos durante al menos 50 años.
Editado por Luis Alberto Palacios
