Desde el 9 de abril al 31 de mayo, mil 995 niños inmigrantes fueron separados de mil 940 familiares en la frontera de Estados Unidos con México, tras un rastreo de ingresos ilegales, según cifras del Departamento de Seguridad Nacional de dicho país.
Bajo la política de “cero tolerancia”, anunciada por el secretario de Justicia, Jeff Sessions, funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional tratan todos los casos de ingreso ilegal como causas penales, sin embargo, los protocolos estadounidenses prohíben detener a niños con sus padres porque estos no están acusados de delitos.
Esta política ha generado una creciente batalla en el Congreso estadounidense y ha sido ampliamente criticada por grupos eclesiales, políticos y defensores de los niños, pues argumentan que es inhumana.
El pasado jueves, Sessions replicó que las críticas no eran “justas ni lógicas y algunas son contrarias a la ley” y citó la Biblia para defender su política: “Yo les cito a ustedes al apóstol Pablo y su comando claro y sabio en Romanos XIII, a obedecer las leyes de los gobiernos porque Dios las ha ordenado con el propósito del orden”.
Es de señalar que estas cifras se relacionan con personas que trataron de ingresar a Estados Unidos ilegalmente, ya que los solicitantes de asilo que acuden a cruces oficiales no son separados, excepto en casos específicos, incluyendo si las autoridades no puede confirmar la relación entre los menores y los adultos, la seguridad de los niños o si los adultos van a ser enjuiciados.
Además, las separaciones no fueron especificadas por edad e incluyeron separaciones por entrada ilegal, violaciones de inmigración y posible conducta delictiva por un adulto; hubo otros 35 niños separados en puertos de entrada en mayo y hasta el 6 de junio.
Fuente: El Financiero
Editado por Diana Lizeth Pérez Morales
