Por una orden ejecutiva del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el próximo sábado empezarán a remplazar la malla ciclónica que divide ese territorio con el de México, por un muro de acero de 6.4 kilómetros en la zona fronteriza de El Paso, Texas.
Así lo anunció el responsable de la Patrulla Fronteriza en El Paso, Aaron A. Hull, quien detalló que la malla que habían instalado desde la década de los años 70 será reemplazada por un muro de bolardo de acero de 5.5 metros de altura, y terminará a finales de abril de 2019, con un costo estimado de 22 millones de dólares.
En una rueda de prensa, afirmó que el pasado 1 de junio el gobierno estadounidense adjudicó un contrato a la constructora West Point Contractors, con sede en Tucson, en Arizona, y que el “muro fronterizo” unirá un tramo ubicado al oeste del cruce internacional Paso del Norte y se extenderá hacia el este de la ciudad de El Paso.
Asimismo, informó que en el año fiscal 2017, el sector de El Paso detuvo a 25 mil 193 inmigrantes que entraron de forma irregular al país, incautó 34 mil 189 libras de marihuana y 140 libras de cocaína.
En tanto, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) señaló que se comprometió con la administración medioambiental y que trabaja diligentemente para integrar prácticas ambientales responsables, incluyendo prácticas sostenibles.
Este anunció se dio en medio de protestas en contra de la construcción del muro en el barrio de Chihuahuita, El Paso, ubicado a unos metros de distancia al norte del Río Grande, el cual es usado para delimitar la frontera con México.
Al respecto, Camilo Pérez Bustillo, investigador del Instituto Border Hope, con sede en dicha ciudad, rechazó la obra “porque implica una invasión y una imposición, que en lugar de sembrar la unidad en la comunidad nos divide”, por lo que se debería de “tumbar”.
Fuente: medios nacionales
Editado por Diana Lizeth Pérez Morales