Un total de 4 millones de niños refugiados en edad escolar no asisten al salón de clase, población que se incrementó en 500 mil en el lapso de un año, es decir 12.5 por ciento, de acuerdo con el informe de Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
La publicación “Turn the tide refugee education in crisis” informó que, a nivel global, tiene bajo su mandato a 7.4 millones de menores refugiados en edad de acudir a la escuela y que, en 2017, supo que 4 millones no pudieron tomar clases.
El documento advirtió que dos tercios de la niñez refugiada que asiste a la educación primaria no logra continuar sus estudios de secundaria, mientras que sólo el 61 por ciento del total de la población refugiada acudió a las aulas, los cual representa un nivel “muy bajo” en contraste con el 92 por ciento de la población mundial.
Además, se dijo que el 84 por ciento de la población mundial va a la secundaria; en tanto, sólo el 23 por ciento de la refugiada lo hace, concluyendo que la niñez en esta condición tiene menos oportunidades de educación que la que no está en esta vulnerabilidad.
37% de jóvenes toma clases
La situación es más alarmante con respecto a la educación superior, pues el 37 por ciento de la juventud en el mundo toma clases de este nivel, en contraste con el 1 por ciento de la población refugiada que lo logra.
Esta publicación también tiene por fin exponer algunas circunstancias que enfrentan los estudiantes en los campos de refugiados, tal es el caso de los tres campos más grandes de Tanzania, donde el 70 por ciento de la niñez que estudia lo hace al aire libre y en la intemperie, pues sólo hay 193 salones para una población de 10 mil menores.
La situación no es mejor para la infancia refugiada siria, ya que el documento aseveró que antes de la guerra, el 94 por ciento de los niños acudía a las aulas, mientras que en la actualidad, de los refugiados en Turquía, Líbano, Jordania, Iraq y Egipto, apenas el 56 por ciento asiste a la escuela, lo que quiere que 700 mil niños están fuera de las aulas.
Asimismo, el documento hace hincapié en que los conflictos generan en la niñez daños físicos, psicológicos y del desarrollo así como aseveró que esta población, algunas veces, ha tenido que desplazarse antes de recibir el estatus de refugio.
Acnur advirtió que la importancia de la educación reside en que muchos de los infantes vivirán fuera de sus hogares por varios años, e incluso toda su niñez.
