México y Estados Unidos de América vislumbran puntos en común sobre objetivos contra la delincuencia organizada.
En materia del control del tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas generalmente nuestro país ha adoptado una política común con el vecino del norte.
Desde las operaciones de erradicación de plantíos ilícitos, la intercepción de cargamentos de droga en tránsito o la detención de los líderes de los grupos que se dedican a estas actividades.
Las mismas convenciones internacionales sobre drogas suscritas por nuestro país en el seno de la ONU, así como las relativas a la delincuencia organizada, han sido marco de los propósitos compartidos.
Tal vez por ello las declaraciones públicas de los funcionarios americanos y las del próximo gabinete presidencial tiene puntos de coincidencia.
Por un parte la Administración para el Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) en voz de Matthew G. Donahue, director de la DEA para Norteamérica y Centroamérica dijo que: “…los nuevos planes incluyen mayor énfasis contra la infraestructura financiera de los grupos del narcotráfico y la creación de un grupo especial con base en Chicago que se concentrará en las investigaciones internacionales de los cárteles”.
Por otro lado, Alfonso Durazo, próximo Secretario de Seguridad Pública del gobierno federal, declaró que la prioridad será atacar las finanzas del crimen organizado para mermar su capacidad de operación.
Todo indica que se caminará junto al gobierno americano para dirigirse contra uno de los delitos conexos al tráfico de drogas ilícitas; con relación a los otros que son tráfico de armas y precursores químicos esperaremos mayor información al respecto.
François Marie Arouet Voltaire expresó: “Cuando se trata de dinero todos son de la misma religión”.
@EGAnguiano
16 de agosto de 2018
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