En lo que resta de la administración municipal, la Comisión de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente buscará modificar el capítulo 26 del Coremun para endurecer las sanciones contra los establecimientos reincidentes en violar los niveles de decibeles permitidos.
Así lo señaló, durante la sesión de esta comisión la presidenta de la misma, la regidora Myriam Arabian Couttolenc, quien agregó que actualmente no se tiene la normativa correcta y eso ha generado que este problema no se atienda como debe ser.
La concejal panista manifestó que aunque se hacen denuncias por parte de los ciudadanos, el exceso de ruido no está siendo catalogado como un tema grave que afecta la vida y salud de las personas.
Refirió que, de acuerdo con el informe presentado por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Sustentabilidad del ayuntamiento, en lo que va de 2018 se han recibido 202 quejas, pero de estas sólo dos procedieron.
Detalló que los establecimientos sancionados fueron “Bambukos” con 12 mil 896 pesos por ser reincidente en violar los decibeles de ruido, así como fue clausurado temporalmente; mientras que el “Tumbao Latino”, por no cumplir con el pago, se encuentra en proceso de clausura.
En ese tenor, manifestó que lo que se pretende al reformar el capítulo 26 del Código Reglamentario Municipal (Coremun) es que desde la primera denuncia se sancione al comercio, de haber reincidencia se proceda a la clausura y si hay una tercera violación al límite máximo se les retire la licencia de funcionamiento a los establecimientos.
Sanción de 7 mp es mínima
A su juicio, la sanción de 7 mil pesos que actualmente se tiene es algo mínimo para los bares, por lo que añadió que se podrían incluir otras acciones para regular los niveles de ruido, como obligar que los establecimientos cuenten con materiales de aislamiento de ruido, concentrarlos en zonas específicas, e incluso hacer inspecciones con personal encubierto.
Y es que, Arabián Couttolenc mencionó que cuando personal del ayuntamiento acude a realizar las inspecciones los propietarios bajan el volumen para evitar ser sancionados, además que recurren a “engaños” para obtener su licencia.
“Hay un engaño por parte de los propietarios, ponen que es restaurante-bar te dan tres cacahuatitos y tienen la música a todo lo que da, es un engaño, pero no los puedes sancionar porque tienen su licencia en orden”, pronunció.
La regidora panista sostuvo que los tres meses y medio que le restan a la administración municipal son tiempo suficiente para realizar las modificaciones, mismas que –dijo– se consultarán con los consejos ciudadanos y cámaras de comercio.
Cabe mencionar que, de acuerdo con la NOM-081-SEMARNAT, los límites máximos permisibles de emisión de ruidos de fuentes fijas son 50-55 decibeles para zonas residenciales; 65-68 para zonas industrial y comercial; y hasta 100 para ceremonias, festivales y eventos de entretenimiento, aunque solo por un lapso de cuatro horas.
