Tras la caída en Cuba de un avión comercial, propiedad de la empresa mexicana Aerolíneas Damojh, autoridades de ambos países confirmaron la muerte de 110 personas, entre ellas siete mexicanos: seis miembros de la tripulación y una pasajera.
El viernes pasado, cuando ocurrió el accidente, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) dio a conocer los nombres de los seis tripulantes mexicanos:
El capitán, Jorge Luis Núñez Santos, el primer oficial, Miguel Ángel Arreola Ramírez, la sobrecargo mayor, María Daniela Ríos, y las sobrecargos Abigail Hernández García y Beatriz Limón, así como el técnico Marco Antonio López Pérez.
Posteriormente, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) dio a conocer que, entre los fallecidos, también había una pasajera mexicana, quien, de manera extraoficial, fue identificada como la tabasqueña Rosa Isela Zavala Franco, quien viajaba al país caribeño cada dos meses para tratar el cáncer que padecía.
Dicha dependencia indicó que, mediante la Cancillería, mantiene contacto con los familiares de las víctimas para brindarles toda la ayuda y la asistencia consular necesaria, como facilidades en la expedición de pasaportes para trasladarse a Cuba.
Viajaban 113 personas a bordo
En cuanto a la cifra total de muertos, el ministro de Transporte de Cuba, Adel Yzquierdo, reportó ayer, sábado, la muerte de 110 de las 113 personas –contando a los 6 miembros de la tripulación– que viajaban en la aeronave Boeing 737, luego de que esta se estrellara momentos después de despegar del aeropuerto de La Habana.
Por su parte, el viceministro de Salud, Alfredo González, señaló que se han identificado 15 cuerpos, entre ellos los de cinco infantes y 10 adultos.
Entre los 107 pasajeros, había dos argentinos, dos saharuies residentes en Cuba y la mexicana; el resto de los viajantes era de origen cubano.
Respecto a la investigación sobre la causa del accidente, Yzquierdo dio a conocer que especialistas cubanos recuperaron “en buenas condiciones” una de las cajas negras de la aeronave.
Cabe mencionar que, en entrevista con El Universal, un expiloto de la aerolínea reveló que el accidente “se veía venir”, ya que esta empresa, propiedad del español Manuel Rodríguez Campos, no se preocupaba por mantener sus aviones y pagaba sobornos para pasar las verificaciones.
Editado por Luis Alberto Palacios