A tres meses de negociaciones entre San Pablo del Monte y Puebla para acordar sus límites territoriales, ni las mesas de diálogo ni la parte jurídica han logrado un consenso, ya que el municipio vecino exige la validez de un decreto que Puebla no reconoce.
El documento data del año 1999 y señala que la junta auxiliar de San Sebastián de Aparicio pertenece a Tlaxcala, por lo que el municipio vecino lo reclama, pero la capital poblana antepone unos planos con lindes distintas.
Esto en voz del regidor panista Juan Carlos Espina Von Roherich, presidente de la Comisión de Asuntos Metropolitanos, quien consideró la disyuntiva como algo natural, que “se sabía” que pasaría pero se había evitado comenzar.
Ninguna de las partes ha cedido porque ambas reclaman que sus pruebas sean reconocidas, sin embargo, esto representa una pérdida para la parte antagónica.
Por este motivo el asunto sigue trabado en las dos vertientes (la del diálogo y la jurídica) aunque la segunda podría ser resuelta por un ente externo que hasta el momento se ha evitado recurrir a él, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Dictaminaría la SCJN
Ambas entidades buscan un conceso a fin de que nadie ceda más territorio del que reclama, pero si con el tiempo no llega un acuerdo, cualquiera de las dos podría levantarse de la mesa y dejar el asunto en manos de la autoridad federal.
Al menos Puebla sí lo tiene en mente, pues el mes pasado Juan Carlos Morales Páez, coordinador de Asuntos Estratégicos –quien encabeza los trabajos- reconoció que “no había otra salida” más que interponer una controversia constitucional.
Aún con esa percepción, ya pasó otro mes de trabajo conjunto sin que hasta el momento haya resultado, por lo que Espina Von Roherich fijó un plazo de tres semanas para que Morales Páez entregue un informe de los avances.
Cuando esto ocurra se tomará una nueva decisión, si continuar negociando o recurrir a la corte, con el riesgo de que el órgano falle a favor de Tlaxcala.
En este sentido, señaló que el ayuntamiento de Puebla seguirá insistiendo con “sus documentos” como seguramente lo hará el de San Pablo al menos hasta pasada la primera mitad del año, cuando se pondrá un nuevo rumbo a la pugna.
