Puebla se está convirtiendo en el “nuevo Veracruz” de la zona centro del país, pues en ocho días se registraron cuatro muertes violentas, dos de ellas serían feminicidios; otra de un bebé de 2 años y una última, durante un robo a transporte público.
Así lo acusaron Marco Antonio Mazatle Rojas e Irene Herrera Delgado, Integrantes del Observatorio Ciudadano Laboral Poblano, señalaron que, el 24 de abril, se encontraron dos mujeres semidesnudas a orillas de la carretera federal El Seco-Azumbilla, sin embargo, la FGE manifestó que habían sido atropelladas.
Refirieron que este caso se da porque los agentes del Ministerio Público adscritos a la Fiscalía General del Estado (FGE) no “están capacitados” para que formulen las carpetas de investigación con base a los crímenes de odio, por lo que exigieron “no ocultar” información sobre los feminicidios que ocurren en Puebla.
Cabe mencionar que hasta el momento se tienen registrados 32 homicidios de mujeres, siendo la última de ellas en el rancho Las Cruces, en el municipio de Xicotepec de Juarez, ubicado en la Sierra Norte del estado.
Necesario estrategia de seguridad
Manifestaron que Puebla ocupa los primeros lugares en robo de combustible a Petróleos Mexicanos (Pemex) y robos con violencia de vehículos y negocios.
El hecho más reciente –señalaron– fue la madrugada del martes en la autopista Puebla-México, donde ocho maleantes robaron una camioneta a una familia, hecho en el que, además, violaron a la mama e hija, así como asesinaron de un disparo de arma de fuego a un bebe de 2 años de edad.
Mientras que en la capital, los asaltos en el transporte público se han vuelto una problemática, como el del sábado pasado, cuando un grupo de personas atracó a los pasajeros de la unidad 7 de la ruta 27 a, donde murió un joven al tratar de defender a una señora y su bebé.
Por lo anterior, comentaron que es necesario que las autoridades implementen una estrategia que de resultado y exhortaron a la ciudadanía a crear grupos de “vecinos vigilantes” y tomar medidas precautorias para evitar ser objeto de la violencia.
