En México las trabajadoras del hogar son víctimas de discriminación y desigualdad; un ejemplo son las condiciones de trabajo en las que se desarrolla este sector, ya que el 46 por ciento señaló que trabaja más de las ocho horas establecidas en la ley.
Asimismo, 45 por ciento no cuenta con el derecho a disfrutar de descanso semanal; 66 por ciento no tiene vacaciones, y 57 por ciento no recibe aguinaldo. Todo lo anterior es evidencia clara de la precariedad laboral en la que se encuentran y que representa una flagrante violación a sus derechos humanos laborales.
Así lo dio a conocer una investigación de Impunidad Cero denominada “Discriminación y violencia contra las trabajadoras del hogar en México”. La investigación señala que las labores como el cuidado de otros, la limpieza y la preparación de alimentos, han sido “invisibilizadas” al punto de no considerarse trabajo.
En el documento se señala que las trabajadoras del hogar son un grupo en situación de alta vulnerabilidad debido a los múltiples escenarios de discriminación y violencia a los que se enfrentan. Por ejemplo, la gran mayoría no tiene un contrato laboral escrito (90 por ciento), lo que implica una barrera importante para su acceso a derechos como salud, pensión y ahorro; además, trabajan largas jornadas laborales que exceden a las establecidas por la ley.
Además de que algunas son víctimas de diversas formas de violencia —entre las que destaca el hostigamiento sexual.
Discriminación y violencia
Lo contradictorio es que aun cuando no se remunera dicho trabajo, éste sí genera valor monetario, pues equivale a 24.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), ya que en 2015, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señaló que el valor económico del trabajo doméstico no remunerado en nuestro país fue de 4.4 billones de pesos.
En el tema de la discriminación, las empleadas del hogar de origen indígena enfrentan formas múltiples de la misma. El 33 por ciento señaló haber recibido un trato de desprecio por su origen étnico, mientras que el 25 por ciento manifestó que se le prohibió hablar su lengua de origen.
Impunidad Cero indicó que los tipos más comunes de violencia de los que son víctimas las trabajadoras del hogar son la psicológica —generalmente manifestada a través de violencia verbal y emocional—, la económica y la sexual.
La organización civil concluyó que el primer paso para modificar la situación en la que se encuentran las trabajadoras del hogar —que trae consigo violaciones a sus derechos humanos laborales— es visibilizar la importancia del trabajo doméstico, siendo los contratos escritos una de las claves para este cambio de paradigma.
