Tras el bombardeo realizado con armas químicas en la comunidad de Jan Sheijun, en la provincia de Idlib, al norte de Siria, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres elevó la cifra de muertos a 72, entre ellos 20 menores.
El número de víctimas mortales subió durante la tarde del miércoles, debido a que los afectados inhalaron el gas tóxico que los aviones dejaron caer sobre la población; la cifra podría seguir aumentado, así lo informó el OSDH.
En tanto, los gobiernos de Estados Unidos, la Unión Europea (EU), y Rusia se culpan unos a otros, sin dejar en claro quién fue el responsable de violar la convención sobre la prohibición de las armas químicas y realizar el atentado.
Cabe mencionar que el régimen del actual presidente sirio, Bashar Al Assad es apoyado por Rusia, mientras que el Ejército Libre Sirio (ELS), es decir, la oposición se mantiene de apoyos estadounidenses.
Por lo anterior, las acusaciones señalan tanto al presidente como a los rebeldes, sin embargo, nadie se ha adjudicado el atentado.
Horas después del bombardeo, el OSDH informó de que al menos 50 personas habían muertos como resultado de la explosión de cuatro bombas las cuales contenían gas cloro y gas sarín.
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Fuentes: El Clarín
(en palabras “cuatro bombas” del último párrafo)
