Gibraltar: la disputada entre España y Reino Unidos por el Brexit. Foto: funcas Blog

El Reino Unido firmó el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea (EU) y, con ello, da inicio a la formal separación del bloque y también a una renovada tensión en su relación con Madrid por el territorio de Gibraltar, conocido como la última colonia de Europa.

Luego de la firma, la Unión Europea (UE) ha dado a conocer que cualquier acuerdo del bloque con Reino Unido no puede aplicarse a Gibraltar sin antes existir una negociación entre España y el reino con capital en Londres.

Pone en una situación incómoda a los británicos quienes se han expresado en contra de dicha resolución y han admitido que no cederán ni venderán su territorio.

De acuerdo con un comunicado publicado por el gobierno de Reino Unido, la primera ministra Theresa May apuntó que su gobierno no firmaría “nunca un acuerdo que dejara a los habitantes de Gibraltar bajo otra soberanía sin su voluntad libre y democráticamente expresada”. Al unísono, Boris Johnson titular del Ministerio del Exterior ha expresado: “Gibraltar no está a la venta”.

A pesar que más del 90 por ciento de la población gibraltareña votó en contra de abandonar la Unión Europea, los efectos del brexit también serán aplicables al territorio que alberga a cinco millones de habitantes, es un paraíso fiscal y posee una ubicación estratégica.

España no está cruzada de brazos

Mientras, España clama la soberanía del territorio perdido en 1713, se ha visto beneficiada por la resolución de la UE, y ha aseverado a través de su Ministerio de Exteriores que la propuesta de cosoberanía a los pobladores de Gibraltar se encuentra vigente.

El reino español ha encontrado un área de oportunidad y ha emprendido una campaña por obtener beneficio del territorio que alguna vez le perteneció, a pesar que en 2002 se llevó a cabo un referéndum para conocer la decisión de los pobladores respecto a la cosoberanía y cuyo resultado fue negativo para Madrid.

Los conflictos actuales son consecuencia de la guerra de sucesión española cuando los reinos europeos declararon la guerra a la alianza entre Francia y España. En 1704 se efectúo la toma de Gibraltar que generó una disputa entre el reino español y británico con extensión hasta el año 1713 con la firma del tratado de Utrecht que reconoce la posesión británica del territorio.

El acuerdo estableció que sólo en caso que Gibraltar dejase de ser británico, España podría obtener de nueva cuenta la soberanía del suelo también conocido como peñón.
Dicho documento no establecía una línea fronteriza ni demarcaciones territoriales, lo que desde hace más de 300 años ha generado problemas.

“La gota que derramó el vaso”

Para evitar lo antes expuesto, España le mantuvo sin comunicación por tierra, sin embargo, los problemas acrecentaron cuando ambos gobiernos decidieron hacer uso de los mares circundantes a la zona, cuya importancia reside en ser un punto de encuentro entre el continente africano y europeo al conectar el Atlántico con el Mediterráneo.

Hace unos meses, Reino Unido construyó un arrecife artificial que afectó la pesca española hasta por un millón y medio de euros, según afirman medios locales. En el marco de lo anterior y el brexit, España echó mano de los beneficios de su membresía en la UE, como de la comunidad internacional, particularmente de Argentina que reclama la soberanía de las Islas Malvinas, quien se convertiría en una aliada clave en la lucha por la soberanía gibraltareña.

Mientras que algunos de los más reconocidos legisladores británicos han dado a conocer que May iría a la guerra por defender la soberanía de Gibraltar, los españoles no se rinden por obtener al menos la cosoberanía del peñón.

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