El Estado Islámico (ISIS) se adjudicó el atentado de Manchester, al asegurar que uno de sus soldados colocó los explosivos, que fueron activados durante el concierto de Ariana Grande, lo que provocó que 22 personas perdieran la vida y otras 50 resultaran heridas.
A través de un comunicado difundido por la agencia de noticias del ISIS, Amak, el grupo terrorista aseguró que el ataque “es una venganza de la religión de dios” y fue para “aterrorizar a los politeístas”, así como una “respuesta a las agresiones contra las casas de los musulmanes”.
“Con la ayuda y el apoyo de Alá, un soldado del califato logró hacer estallar explosivos en medio de una reunión de los cruzados en la ciudad británica de Manchester“, dice el comunicado.
Asimismo, amenazó con más ataques “lo que viene ahora será aún más severo para los adoradores de la Cruz y sus aliados, con el permiso de Alá“.
