Estados Unidos lanzó, este jueves, una bomba no nuclear en Afganistán, se estima que se trató de una GBU-43/B Massive Ordnance Air Blast, conocida como MOAB y es catalogada como una de las armas no nucleares más poderosa de Washington.
Así lo informó el Pentágono, quien detalló que el explosivo es conocido como “la madre de todas las bombas”, tenía una longitud de 9170 mm, su diámetro 1029 mm, su peso 9,5 toneladas, de los cuales 8,4 son explosivos de alta potencia en su cono armado, según informes del pentágono.
“Se tomaron las precauciones para evitar víctimas civiles“, infiormó.
Asimismo, explicó que la bomba ha sido lanzada por un avión MC-130 del comando de operaciones especiales de la fuerza aérea, de Estados Unidos, según fuentes militares implicadas en la operación.
Señaló que el objetivo han sido combatientes y túneles del Estado Islámico (ISIS) en la provincia de Nangarharu ubicada al este de Afganistán, cerca de la frontera con Pakistán.
Expertos critican lanzamiento
Por su parte, el experto internacional Guido Larson realizó un análisis preliminar del ataque con la “superbomba” que hoy protagonizó el gobierno de Donald Trump.
Calificó como “extraña” la justificación entrega la Casa Blanca para el ataque “debido a que Afganistán no es conocido como un santuario ligado al Estado Islámico“, es decir, la arremetida buscaría derrotar a ISIS,
cuando éste tiene mayor presencia en Irak y en Siria, que en Afganistán.
En segundo lugar, “este ataque tiene que enmarcarse en todo lo que ha ocurrido durante la última semana, y esto también forma parte un poco de la narrativa que Estados Unidos está tratando de instalar“.
Por último, “uno no observa que exista una planificación a gran escala, uno está observando ciertos bombardeos particulares que no están acompañados de una política en particular“.
