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Si la condición para nombrar a Nadia Navarro como directora del Instituto Poblano de la Mujer (IPM), fue darle un premio de consolación porque el Partido Social de Integración (PSI) perdió su registro, pues ahora que se lo han devuelto, pues que renuncie y se vaya por su propio pie.

Al interior del gobierno de Antonio Gali Fayad, se sabe que el mérito de Nadia es ser hija de Carlos Navarro Corro, ex marinista y fundador del PSI. Carlos tuvo la visión de aliarse con Rafael Moreno Valle y sobrevivió al sexenio aunque el premio político fue miserable: apenas una regiduría en la ciudad de Puebla para su heredera.

El resultado de la elección de gobernador del 2016, reveló que el PSI es puro cuento.

El número de votos obtenidos, aun comprados, no le alcanzó para retener el registro y desapareció por unos meses.

Sin embargo, la semana pasada el Tribunal Federal Electoral le regresó el registro y el financiamiento. O sea que el PSI, revivió.

Entonces. Si hay PSI, Nadia Navarro debe renunciar.

Ahora bien, en la ola de cambios que se esperan posterior a los 100 días de la administración de Gali, seguro se va a incluir el relevo en el Instituto Poblano de la Mujer.

Y ya hay dos posibles sucesoras.

Y no me pregunten, porque no voy a decirles.

El Verdugo

Si en las refriegas entre el Ejército, la policía y los huachicoleros se mueren los niños, pues ni modo. Los niños no van solos, los llevan sus padres. El Verdugo dice: más vale niño muerto ahorita, que adulto vivo después, pero delincuente.

Es todo por hoy.

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