Es increíble la cantidad de altibajos que hemos sido objeto desde la toma de protesta del ahora presidente norteamericano Donald Trump. Todo pareciera un sinfín de malas noticias a nivel internacional. Sin embargo, cabe mencionar que no todo es tan malo, el presidente Trump ha perdido en tiempo record apoyo de las pocas personas que lo apoyaban en el congreso y en el senado, tan así ha sido, que el peso mexicano (aunque no lo crea) ha ganado un significativo margen respecto a la divisa norteamericana.
Es de llamar mi atención la conferencia de prensa que el ingeniero Carlos Slim, presidente de grupo Carso convocó el día viernes 27 de enero, donde dio una explicación de lo que estaba pasando y de los probables escenarios a los que México podría enfrentarse, y es que, más allá de las filias y fobias que este personaje pueda generar, dio más confianza a la ciudadanía en general su explicación de lo que está ocurriendo que las explicaciones que el gobierno federal ha tratado de darle a la ciudadanía en reiteradas ocasiones.
Otro punto relevante es el mencionar las airadas (y a veces violentas) protestas que se han generado que, aunque en un principio muy enérgicas, éstas han ido bajando de intensidad, sin embargo hay una que no ha bajado y ha llamado mucho mi atención, y es la de tratar de boicotear a marcas internacionales franquiciadas en México y es preocupante el gran desconocimiento que existe en el cómo funcionan este tipo de empresas.
No he encontrado una mejor explicación a este tema que la que el especialista en derecho Rafael Giménez Cacho escribió hace unos días acerca de este tema: “No son inversiones extranjeras, las inversiones las hacen empresas mexicanas que pagan a estas marcas en el extranjero regalías y derechos de uso de marcas y “know how” de sus procesos.
En este sentido por cada hamburguesa y por cada café que compramos los mexicanos pagamos una regalía (dinero a ellos, sí a los extranjeros), nótese que estas marcas no invirtieron dinero en México, fueron los mismos mexicanos (es decir no solo no invierten, sino que les pagamos por cada producto que consumimos).
En lo personal no creo en los boicots, creo en el esfuerzo y la competencia leal. Es un excelente momento para que empresas mexicanas destaquen, con calidad y precio justo, razonable.
Como consumidores, demos la oportunidad de probar marcas mexicanas, no solo de productos, sino también servicios, tal vez podamos satisfacer necesidades a un menor precio.”
Es importante informarnos, no caer en la histeria colectiva, generar y fomentar un mercado interno de calidad y competitivo, entender que si dejamos de consumir los productos y servicios que ofertan las franquicias son mexicanos los que quedarán desempleados. Pero lo que más tenemos que hacer es no asustarnos de las primeras declaraciones que escuchemos y para ejemplificar esto, citaré al mismo Donald Trump en su libro “El arte de la negociación” publicado en 1987: “Provoca a tus adversarios para ver cómo reaccionan. Si son débiles, aplástalos, y si son fuertes, negocia”. Por lo tanto hay mucho de bluf en las declaraciones de este polémico personaje.