Columnistas-AlbertoHidalgoMontes

En el Colegio Americano del Noreste, situado en el estado fronterizo mexicano de Nuevo León, un alumno de 15 años abrió fuego hacia su maestra, tres compañeros y al final de haber realizado este atroz hecho, se quitó la vida. Se dice que sufría de depresión, sin duda un hecho lamentable, que cala y calará hondo en la sociedad mexicana y la pregunta obligada surge: ¿Qué tiene que pasar para que un joven tome una decisión así?

Casi al instante de darse a conocer el video y las imágenes de lo sucedido a través de las redes sociales, los comentarios se hicieron llegar cual avalancha condenando el hecho, condenando al perpetrador y el instrumento (el arma de fuego) pero, ¿realmente el arma de fuego es la culpable de la masacre? ¿Por qué la sociedad se asusta del contacto con las armas de fuego y no se asusta de las peleas de la UFC, las narconovelas, los narcocorridos y los juegos de video hiperviolentos? la sociedad mexicana es muy compleja, a veces pareciera que se asusta de las cosas que ella misma crea y a continuación explicaré porqué sostengo este dicho.

Una desgracia como la sucedida en Nuevo León no es nueva, es decir no es la primera vez que pasa esto, por sólo poner un lapso de tiempo, desde el 2013 a la fecha, éste es el séptimo evento de esta índole y todos tienen características similares, pudieron ser prevenidos pero nadie estaba capacitado para hacerlo. Viendo una y otra vez el video del lamentable hecho, éste no se veía como el resultado de un brote espontáneo de violencia homicida, había algo más, hubo una selección de los objetivos, el atacante no disparó de forma aleatoria hacia sus compañeros y los disparos parecían más un golpe que un disparo, con coraje, con furia (lo digo con conocimiento de causa ya que soy instructor de armas de fuego).

Conforme el paso de las horas, comenzó a correr la información y se hizo público que el joven pertenecía a un grupo denominado “Legión Holk”, un grupo de jóvenes con más de 153,000 integrantes en su página en Facebook, presente en países como México, Estados Unidos, Colombia , Ecuador, entre otros. En este portal se observan comentarios que incitan a cometer actos violentos como golpizas y/o asesinatos los cuales son tomados como “retos” para los usuarios y fue ahí donde se supo que el hecho había sido premeditado y cuidadosamente planeado, es decir, hubo un porqué de lo sucedido, incluso en el muro de este grupo se deja patente que éste hecho fue parte de un reto, tal y como lo indica un mensaje publicado el 18 de enero alrededor de las 21 horas (hora del Pacífico). ¿Los padres estaban informados de esto? Lo dudo, de ser así hubieran actuado, esto habla sobre la ausencia de supervisión paternal, cuyo resultado fue fatal.

De inmediato las voces no se hicieron callar, operación mochila, operativos especiales y un sinfín de opiniones, pero realmente hay que entender que la seguridad escolar se logra cuando padres de familia, seguridad pública y maestros trabajan en conjunto, sin la participación de alguno de los anteriores actores, este triángulo de la seguridad de desbalancea y se vuelve ineficaz y en esta ocasión así sucedió ¿Dónde estaban los papas supervisando lo que el menor veía en las redes sociales? ¿Los docentes estaban capacitados para poder distinguir factores que generen violencia y delincuencia en los alumnos?

El problema que se tiene hoy en día en la seguridad escolar es que se quiere hacer responsable a la policía o a los maestros de los hechos que ocurren dentro de las instituciones, la verdad es que es imperativo que los padres se involucren, que realmente jueguen su rol de padres, que eduquen, que guíen y supervisen los que sus hijos hacen ¿Las armas culpables? En lugar de culpar a las armas hay que hacer campañas de tenencia responsable de ellas, ya que es un derecho constitucional como lo marca el artículo 10 de la carta magna. Me pregunto ¿Cuándo entonces prohibirán los carros? Estadísticamente causan más muertes que las armas de fuego…entonces el problema no es el objeto si no el usuario.

Hace unos días uno alumno de criminología llamado Adrían Sepúlveda me invito a revisar su investigación sobre la necesidad de que en las escuelas primarias y secundarias de Baja California los prefectos debieran estar obligados a contar con conocimientos sobre criminología para poder detectar conductas que generen violencia y delincuencia en el alumnado, se me hizo muy interesante y necesario, después de lo sucedido ya no pienso igual, creo que ahora es vital.

Es importante que los padres de familia supervisen realmente a sus hijos sobre sus actividades en las redes sociales, hoy en día a los jóvenes se les satura de información que muchas veces no es apta para su edad y el exceso de información es tan peligroso como la falta de ella. El Premio Nobel Octavio Paz decía: “La mucha luz es como la mucha sombra, no deja ver”.

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Experto en el tema de seguridad y pandillas.