Para que nadie falte, el Consejo Estatal de Morena pospuso una semana las comparecencias de los coordinadores de organización Miguel Barbosa Huerta, Alejandro Armenta Mier y Nancy de la Sierra Arámburo, pues los dos últimos anunciaron que no irían porque “su agenda no lo permitía”.
La cita se pasó para el domingo 17 de diciembre, a las 11 de la mañana, en la sede estatal del partido, donde serán interrogados por la Comisión de Vigilancia.
Saúl Papaqui Hernández, presidente del consejo, señaló que los tres coordinadores -cargo previo a una candidatura- tienen una gira por municipios de la Sierra Norte el domingo 10, por lo que no les sería posible acudir a su audiencia.
Por ello, se decidió aplazarla para que así todos asistan a rendir el informe de sus actividades y a conocer el Código de Conducta y Ética.
De esta manera, los expriistas Armenta Mier y de la Sierra Arámburo no tendrán otra opción más que ir, ya que el lunes justificaron que no podían por sus visitas a Huauchinango y Zacatlán.
Cierran el paso a rebeldías
Sin embargo, también desconocieron el código, por considerar que es un documento sin validez del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena, único órgano al cual obedecen bajo el argumento de que “fue quien los designó” coordinadores, lo cual fue visto por la comisión como una rebelión.
Contrario a ellos, el experredista Barbosa Huerta anunció que sí acudiría a la cita el 10 de diciembre, día que originalmente se programó, así como se comprometió a reconocer y acatar el código de conducta.
El documento está formado por 15 lineamientos que buscan regir el actuar de los coordinadores durante las reuniones que tienen con militantes en sus giras.
El punto principal es la prohibición de promoverse o hacer alusión a sus aspiraciones políticas, ya que oficialmente no son candidatos, por lo que de hacerlo, incurrirían en actos anticipados de campaña.
La corriente crítica y opositora a los aspirantes externos –que provienen de otros partidos– son los creadores de este código, que tiene como objetivo que haya “piso parejo” en la contienda interna por las candidaturas.
