Con la supuesta intención de aminorar el conflicto entre Palestina e Israel, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, decidió que su gobierno reconoce a Jerusalén como capital del Estado israelí, pese a las advertencias de un alza de violencia en Medio Oriente.
Así lo anunció el mandatario estadounidense este miércoles, a través de un mensaje desde la Casa Blanca, donde oficializó que pondrá en marcha un proceso, que duraría “varios años”, para trasladar la Embajada de Estados Unidos desde Tel Aviv, actual capital de Israel, a Jerusalén.
“He decidido que es hora de reconocer oficialmente a Jerusalén como la capital de Israel. Aunque presidentes anteriores lo convirtieron en una gran promesa de campaña, no la cumplieron. Hoy, yo estoy cumpliendo”, aseveró Trump.
Lo anterior, en referencia a una ley de 1995, que ordenada al gobierno norteamericano el traslado de su embajada en Israel a Jerusalén, pero que sus predecesores —Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama— habían aplazado para evitar inflamar las tensiones entre israelíes, palestinos y cristianos.
No obstante, el magnate estadounidense dijo estar dispuesto a seguir mediando el diálogo entre el gobierno israelí y al autoridad palestina para apoyar el establecimiento del Estado palestino, pero sólo si “si ambas partes acceden”.
Sin embargo, de acuerdo con internacionalistas, la determinación de Trump agravará la disputa de casi 70 años por el control de la ciudad, que es considerada sagrada por judíos, musulmanes y cristianos.
Editado por Luis Alberto Palacios
