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La designación del coordinador estatal de Morena en Puebla, que ahora recae en el senador Miguel Barbosa Huerta, hubiera sido tersa si la dirigencia local, encabezada por Gabriel Biestro Medinilla –y apoyada en su momento por el enlace nacional, Rodrigo Abdala Dartigues—, no hubiera actuado de forma patrimonialista y cerrada.

Es cierto que hay militantes poblanos de ese partido que siempre se han mostrado reacios a aceptar políticos externos, porque consideran erróneamente que solo ellos generarán los cambios que requiere el estado y país, pero la dirigencia estatal tenía que haber sentado a todos los interesados en dicha coordinación, tanto internos como externos.

Lo anterior con el fin de escucharlos y generar los debates necesarios que avanzaran en la designación. Sin embargo, nunca lo hizo, sino al contrario: negoció “en lo oscurito” con los aspirantes internos para que no dejaran pasar a ningún externo.

También, faltó honestidad por parte de Gabriel Biestro, que ante la opinión pública manejó un discurso, pero “en corto” tuvo otro. Todo ello promovió esa postura cerrada ante cualquier aspirante externo y ahora están las consecuencias.

Y aunque cuando el CEN de Morena dio a conocer que Miguel Barbosa logró la coordinación estatal, el dirigente local respaldó la decisión, debe tener claro que buscar la unidad en Morena de Puebla no solo es con discurso y reuniones, sino en los hechos, por lo que ojalá aprenda de los errores que cometió.

 

El reto de Barbosa, lograr la unidad

En tanto, el reto de lograr dicha unidad también es de Miguel Barbosa como coordinador estatal, después de que se cayó la propuesta del académico Enrique Cárdenas Sánchez debido a que fue sumando errores por su inexperiencia política y porque le faltó ser más receptivo.

Desde algunos perfiles que propuso para coordinar su campaña, para la alcaldía de Puebla y otros cargos de elección popular que iban a restarle en lugar de sumar, por su falta de trabajo político y sus antecedentes, hasta el último error de señalar que él era la única opción ciudadana en Morena, pues pareció que solo le importaba la candidatura y nada más.

Lo que no se puede negar es que Enrique Cárdenas es un hombre íntegro y por ello fue propuesto por el exsecretario General de Gobierno y expanista, Fernando Manzanilla Prieto, quien en lugar de obsesionarse por la coordinación estatal, planteó a una persona con amplia solvencia moral, aunque al final no se concretó.

No obstante, ser autocrítico y aprender de sus errores le permitirá concretar más proyectos valiosos de interés público, que ha sido uno de los principales intereses del exdirector del Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

Por su parte, Miguel Barbosa –reitero—tiene el reto de lograr la unidad del partido en Puebla y acercarse de manera humilde a los militantes que han sido reacios a aceptar aspirantes externos, pero el problema también es que hay personajes que los encandilan, pero se esconden y con esa falta de honestidad no se podrá avanzar exitosamente. Uno de ellos, se dice, es el actual diputado federal Rodrigo Abdala Dartigues.

 

La suma, fundamental

Es cierto que a Miguel Barbosa se le critica por varias cosas, entre ellas que avaló las reformas estructurales, pero a veces la izquierda se empecina con posturas maniqueístas que no siempre ayudan a mejorar el país, pues no necesariamente todas son negativas: ahí están las reformas judicial y electoral que formaron parte de las mismas.

Además, Andrés Manuel López Obrador fue muy claro en su propuesta de sumar, haciendo hincapié a los actores que lo hicieron en la importancia de sus nuevas decisiones, pero decenas de militantes y consejeros de Morena en Puebla han hecho caso omiso a esta recomendación del líder nacional, lo cual no significa dar un cheque en blanco, pero no juzgar tanto por el pasado, sino sobre todo por las decisiones que vayan tomando a partir de que se incorporaron a Regeneración Nacional.

El senador se anotó el principal punto al declinar por Enrique Cárdenas cuando supo que era la propuesta de AMLO, porque fue leal y eso fue tomado en cuenta, pero ahora, pese a los obstáculos, debe lograr la unidad real y no ficticia, sumando y escuchando a los liderazgos valiosos.

El líder nacional de Morena y los militantes de ese partido en Puebla deben estar al pendiente de las acciones y decisiones no solo de Miguel Barbosa, que –por su experiencia– sabe que tiene que hacer un buen papel ante la ciudadanía, pues en caso contrario perderá su oportunidad y la historia lo juzgará, sino también de los aspirantes a los principales cargos de elección popular, como senadurías y la alcaldía de la capital.

Para las nuevas designaciones, es fundamental revisar su actuación y comportamiento, lo cual también incide en las encuestas. Valorar quiénes han sido más congruentes, así como las acciones y antecedentes de cada uno, con el fin de que se impulsen los mejores perfiles que ayuden a Miguel Barbosa y a Morena a obtener el triunfo, pues la batalla en Puebla no será nada fácil.

En unas semanas se sabrá si Morena Puebla, con la batuta del senador, logra superar sus problemas o si se queda en el intento.

Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...