Defensora de DH acusa violación por una policía municipal en Guerrero
Defensora de DH acusa violación por una policía municipal en Guerrero. Foto: Especial

 

Defensora de DH acusa violación por una policía municipal en Guerrero
Defensora de DH acusa violación por una policía municipal en Guerrero. Foto: Especial

Yndira Sandoval Sánchez, defensora de los derechos de las mujeres, acusó a la policía municipal Claudia Juárez Gómez de violarla en una celda de Tlapa, Guerrero, el 16 de septiembre pasado, tras detenerla cuando se dirigía a dar una conferencia.

“Te dije que te ibas a chingar”, le decía la mujer policía a Yndira mientras le tocaba lo senos y le bajaba el pantalón para introducirle los dedos en la vagina, tras lo cual la arrojó al piso y comenzó a patearla; todo esto, con la complicidad de una compañera uniformada, quien le cubría la espalda.

Lo anterior, según el reportaje de la periodista Sanjuana Martínez, publicado este domingo en La jornada, donde se refiere que Sandoval Sánchez fue detenida por elementos municipales a las afueras de un consultorio médico, por supuestamente no pagar un servicio de curación, el mismo día en que se dirigía a la Universidad Autónoma de Guerrero a dictar una conferencia sobre la prevención de la violencia en contra de la mujer.

Tras los hechos, la activista, quien dirige el movimiento Todas Mx, acudió a presentar una denuncia ante la Fiscalía Especializada de Delitos Sexuales de La Montaña, en Guerrero, donde –acusó– fue víctima de indolencia, burlas y negligencia por parte de varios funcionarios, además de recibir amenazas de muerte posteriormente, por lo que acudirá a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) si no obtiene justicia en México.

El testimonio de la víctima

De acuerdo con el testimonio que Sandoval Sánchez presentó tanto a la Fiscalía especializada, el 17 de septiembre, como a la Procuraduría General de la República (PGR), el 12 de octubre, mientras estaba en Tlapa de Comonfort, se accidentó con un clavo y tuvo una herida cerca de su seno, por lo que decidió acudir con su compañero a la Clínica San Antonio, donde el médico le pidió 900 pesos en efectivo por el servicio, a lo cual la activista respondió que requería un recibo y una factura.

Al salir de la clínica, seis elementos de la policía municipal, a bordo de una camioneta, los detuvieron a ella y su compañero por supuestamente haberse negado a pagar la cuenta de la clínica, por lo que Yndira exigió que se aplicara el protocolo para que la revisara una policía.

Fue entonces cuando se encontró con su agresora, Claudia Juárez Gómez, quien se negó a darle su nombre y, desde el comienzo, la amenazó: “Te vale madre quién soy, ya te dije que calles y aquí en Tlapa te chingas”.

“Como me negué a subir a la patrulla, la oficial me aventó hacia el interior de la batea de la camioneta (…) Todo el trayecto hacia la comandancia municipal me tuvo de rodillas, jalándome el cabello hacia atrás, apretándome la herida y me preguntaba, riéndose, “¿Te duele?”, relató la activista.

Cuando arribaron a la comandancia, Yndira fue metida en celda y sometida por su captora, quien la puso de rodillas y le tapó la boca para comenzar a violentarla sexualmente. La violación –de acuerdo con Yndira– duró unos cinco minutos, tras lo cual las dos policías abandonaron la celda y, minutos después, otro uniformado la dejó en libertad.

La denuncia fue un “viacrucis”, acusa

Yndira padeció un “viacrucis” similar al de otras mujeres violentadas sexualmente en México, pues se enfrentó a las burlas y humillaciones de servidores públicos sin capacitación en perspectiva de género.

Primero, fue a la Fiscalía especializada, ubicada en la calle Guerrero, número 122, que estaba cerrada. Después, fue a la oficina del agente del Ministerio Público, para interponer una denuncia por violación sexual, privación ilegal de la libertad y abuso de poder, pero el funcionario encargado se negó a atenderla.

Al día siguiente de lo hechos, afuera de la Fiscalía, fue abordada por el director de Seguridad Pública de Tlapa, Javier Rivera Fierro, pero ella le dijo: “Tú eres el responsable de lo que me sucedió anoche, así que retírate porque no entiendo qué haces. Tu presencia es una intimidación más”.

Por su parte, la fiscal Osbelia Blanco Martínez argumentó que no contaba con personal para hacer los dictámenes médicos, sicológicos ni toxicológicos correspondientes, por lo que Yndira tuvo que esperar un día más para documentar la agresión en su contra.

Cuando la atendieron, tanto el químico como el médico le advirtieron que, si no encontraban pruebas de violación, podía verse afectada en su defensa, en tanto que la psicóloga le preguntó “¿Qué sentimiento te invade por el hecho de estar en Tlapa impartiendo una charla contra violencia y haber sido violada durante tu estancia?”.

Con todo, el examen médico, con referencia a las manecillas del reloj, mostró laceraciones y lesiones de manipulación: “a la 1 a las 3 a las 6, a las 9 y 12”; además, consignó lesiones en brazos, antebrazos, pantorrillas, rodillas y muslo derecho, así como en espalda y la ingle.

“El hecho que me violara una mujer me confirma que nos está carcomiendo el propio sistema, que normaliza la violencia y nos quiere obligar a pensar que este es nuestro destino. Las instituciones están podridas”, aseveró la activista.