El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue condenado a nueve años y medio de prisión por “corrupción pasiva” y “lavado de dinero” tras ser hallado culpable de aceptar 1.1 millones de dólares de la empresa OAS a cambio de contratos con Petrobras.
Así lo sentenció este miércoles el juez Sergio Moro al señalar, como sostuvo la Fiscalía, que los sobornos fueron recibidos por Da Silva mediante la remodelación de un departamento en la costa de la ciudad de Sao Paulo y a condición de conceder a la firma de ingeniería ayuda para obtener obras de la petrolera brasileña en 2010.
La defensa del exmandatario, quien podrá seguir el proceso en libertad, anunció que apelará el fallo de culpabilidad ante una instancia superior y alegó que el juicio es parte de la persecución política contra su cliente.
El imputado aún enfrenta otras cuatro sentencias en manos del juez Moro, encargado de investigar la red de corrupción en el seno de Petrobras, donde habría participado la cúpula política brasileña, según se afirma en una serie de testimonios de directivos de las empresas Odebrecht y JBS.
Con todo, Da Silva aún puede contender por la presidencia del país sudamericano en 2018, lo que sólo sería impedido por una segunda instancia que confirme dicha sentencia y lo inhabilite políticamente.
Editado por Luis Alberto Palacios
