En Puebla el índice de mortalidad infantil es de 17.2 menores de 5 años fallecidos por cada cien mil nacidos vivos, cifra que además de superar al promedio nacional de 13.2 muertes; se ubica como la quinta más alta del país, informo Save The Children.
En su estudio, “Los peligros para la niñez. Indicadores para México”, la organización civil precisó que además de Puebla, los estados de Chiapas (18.5), Oaxaca (18), Campeche (17.8), Guerrero (17.7) y Puebla presentan índices de mortalidad infantil que rebasan por mucho la media del país.
Puebla y las otras cuatro entidades mencionadas, se caracterizan por tener un alto número de poblaciones indígenas, pero también por tener altos niveles de pobreza y marginación. Las posibilidades de que un niño o niña menor de cinco años de origen indígena muera por causas prevenibles son mucho mayores que las de uno que no lo es.
La investigación, señaló que cada año en México podrían prevenirse alrededor de 30 mil muertes de menores de cinco años si se mejorara la atención pre y post parto para mujeres, si se incrementara el consumo de leche materna tanto en la primera hora de nacimiento como exclusivamente por seis meses y si los niños y niñas recibieran a tiempo terapias de rehidratación oral.
Desnutrición en niños mexicanos
En México, el 12.4 por ciento de niñas y niños menores de cinco años padecen desnutrición crónica, esto quiere decir que poco más de millón y medio de niñas y niños no lograrán alcanzar su máximo potencial debido al hambre. Quienes son más propensos a sufrir desnutrición crónica son niñas y niños residentes de zonas rurales.
Algunos estudios han analizado la relación que tiene la estatura como predictor de ingreso, los cuales evidencian que un aumento de 1cm de estatura representa un incremento en el ingreso del 6 por ciento en mujeres y 8 por ciento en hombres.
Niñez mexicana, víctima de violencia extrema
Dentro del Índice Peligros para la Niñez se aborda la violencia que afecta a la niñez irremediablemente a través de los homicidios y los desplazamientos debido a conflictos, siendo los homicidios son la máxima expresión de la violencia hacia niñas, niños y adolescentes.
De los periodos 2001-2006 y al 2007-2012 el número de muertes de adolescentes de entre 15 y 19 años por homicidio se duplicó, pasando de 871 homicidios en el primer sexenio a mil 743 en el segundo sexenio.
Mientras que de 2014 a 2015 los homicidios de adolescentes entre 15 y 17 años aumentaron en 3.8 por ciento, registrando en promedio 2.8 muertes cada día.
Save The Children concluyó que la exposición a la violencia puede trastornar el desarrollo de un niño, las consecuencias a veces incluyen trastornos del comportamiento, como la agresividad y la incapacidad de relacionarse con los demás; trastornos emocionales, como la depresión y la ansiedad; y trastornos relacionados con la salud, como el trastorno del sueño e incontinencia.
