Los desencuentros entre Josefina Vásquez Mota y Elba Esther Gordillo Morales, tienen su propia historia y ésta, se remonta al inicio de la administración de Felipe Calderón. Tachada como ignorante y carente de oficio en materia educativa por Elba Esther Gordillo Morales, ex líder vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y por Rafael Hernández Ochoa, exsecretario general del Comité Ejecutivo Nacional de la organización gremial más importante de Iberoamérica. Josefina vetada en los hechos, marginada de la conducción formal de la Secretaría de Educación Pública y segregada de la titularidad de la dependencia, tal parece que no olvida agravios y pretende cobrárselos a través de Delfina, candidata como ella, al gobierno de la entidad. Las diferencias entre las representantes de dos proyectos antagónicos, el del Partido Acción Nacional (PAN) y el que representa los intereses del magisterio nacional, presentes en el contexto del proceso electoral del Estado de México, transparenten una lucha para lograr los votos que pudieran emitir, cientos y miles de maestras y maestros en la entidad. Se traen entre oreja y ceja, se la deben y se la quieren cobrar. Amores que matan.

Empero, el escenario para los nuevos desencuentros se sitúa allende al cerro de las cruces y muestra que la batalla se libra en terrenos electorales. Las estrategias puestas en marcha por Josefina, se empeñan en mostrar que, mientras que ella fue enemiga de Elba Esther y “combatió a la cacique” magisterial, Defina Gómez, su antagonista en la contienda electoral, loa señala como aliada de la “maestra”, con la que comparte intereses, “Elba Esther y Delfina son como dos gotas de agua”. “Dios las hace y ellas se juntan”. “Un voto por Delfina es un voto por Elba Esther Gordillo” (goo.gl/JqAzKc). No es para menos. el botín electoral se integra por 238 mil docentes en edad de emitir un sufragio, maestras y maestros que laboran en poco más 22 mil escuelas públicas y privadas, a las que asisten 3.4 millones de niños, niñas y adolescentes, quienes dependen de más de seis millones de padres, madres de familia y tutores conformando el 50 por ciento del total de los votantes de la entidad. Personas con las que los mentores tienen contacto y a las que pudieran transmitir sus inconformidades, impresiones y sueños.

Y, efectivamente aunque halago propio es vituperio y el pez por su propia boca muere, Josefina se promueve, lectura entre líneas, como precursora de la reforma educativa de Peña Nieto y de colofón, como enemiga número uno de los derechos laborales adquiridos por el personal docente de educación básica y media superior. Propagandista de la calidad, la equidad educativa, la evaluación y partidaria irrestricta de los postulados que en materia educativa promueven la Organización para la Cooperación el Desarrollo Económico (OCDE) y así el Banco Interamericano de Desarrollo (BID); Josefina firma con Elba Esther, a instancias de Calderón, la Alianza por la Calidad por la Educación (ACE), instrumento que impulsa 5 ejes para transformar a la educación del país, al tiempo que emite el Acuerdo número 482 por el que se establecen las disposiciones para evitar el mal uso, el desvío, o la incorrecta aplicación de los recursos del Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal, que en la formalidad prohíbe la transferencia de recursos públicos a las organizaciones gremiales, pero que en la práctica no impide las transferencias por más de 1 500 millones de pesos -entre 2012 y 2017-, que realizara la Secretaría de Educación Pública (SEP) al SNTE.

En tanto Delfina Gómez Álvarez pinta su raya. Ante el rechazo a la reforma educativa, externada por maestras y maestros, proclives al SNTE, lo mismo que los de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), declara que “que de ganar, el 4 de junio impulsará una reforma educativa acorde con la realidad académica de la entidad” (goo.gl/Jl5msx). Expresa su orgullo por su profesión originaria, al tiempo que los y las mentoras que le acompañaran, le expresarán su congratulación por empoderar a un gremio, bocabajeado por Chuayffet, Nuño y la administración actual.

Los agravios vertidos por Josefina en contra de Defina tienen mar de fondo, lo mismo que la postura antireforma educativa adoptada por Alfredo del Mazo. Y el mar de fondo tiene intereses de por medio. Cuando Josefina Vásquez resalta su enemistad con Elba Esther y compara a Defina Gómez con la defenestrada líder, presa política de acuerdo a la presunción externada por Rafael Hernández Ochoa, apuesta por quienes tienen simpatía por una de las reformas estructurales de Peña Nieto más cuestionadas. En tanto, la postura de anteponer los derechos laborales del personal docente al servicio del Estado, pactada por Alfredo del Mazo con el Partido Nueva Alianza, persigue la obtención de votos y simpatías de quienes hasta ahora, maestras y maestros, hicieran del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), una fuerza electoral emergente, en entidades como Oaxaca y Veracruz, cuestión que analistas políticos prevén sucederá en el actual proceso electoral del Estado de México.

Cierto que el voto corporativo fue desterrado del gremio magisterial -en los tiempos de Elba Esther-, gracias la voluntad de maestros y maestras quienes sufragan libremente por quien logre convencerlos. Pero también que los maestros y maestras, otrora el ejercito electoral al servicio del gobierno y del Partido Revolucionario Institucional (PRI), podrían inclinar el resultado de la elección favoreciendo al candidato por el que ellos optaran, incluida la candidata de Morena. Sin embargo, la ex dirigente vitalicia se convierte en el flanco de ataques originados por una supuesta injerencia favorable a una maestra, Delfina Gómez, denunciada por quien en 2008 tuviese que renunciar a la titularidad del despacho educativo por instrucciones de Felipe Calderón Hinojosa, quien nunca ocultó su predilección por la maestra Gordillo. Preferencias, que la tienen en la mente del gremio magisterial y más, cuando comparan los malos resultados de la negociación salarial ¿logrados? por Juan Díaz de la Torre, con los que Elba obtuviera en 2010 (3.08 por ciento al sueldo base frente al 4.90 por ciento). Sin duda, amores que matan y aunque Josefina se la tenga jurada, muchos y muchas se inclinarán por Delfina, a quien identifican como una maestra en campaña.

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