Artesanos de pirámide de Cholula fueron corridos por mesa directiva, acusan. Foto: Especial

A partir de este año, artesanos de San Pedro Cholula que por más de 15 años han vendido en la iglesia de los Remedios, han sufrido hostigamientos de policías municipales, impedimentos para trabajar y han sido desplazados por el ambulantaje.

Alrededor de 40 personas integran un grupo que por varios lustros han vendido artesanías distintivas de la región, pero que en los últimos meses han sido amenazados por los oficiales de que serán desalojados debido a que -les argumentan- el gobierno estatal ha ordenado que ya no habrá vendedores en la zona de la pirámide de Cholula.

Sin embargo, han denunciado que mientras ellos fueron desplazados, al lugar llegaron vendedores ambulantes, quienes no pagan cuotas ni por mantener limpio el lugar, además de que la mercancía que venden es “pirata”.
El 30 de diciembre del año pasado fue la primera vez que la mesa directiva, encabezada por Ricardo Toxqui, les notificó a los artesanos que por 15 días no podrían vender en la explanada de la iglesia -lugar donde se ubicaban- con la promesa de que cuando pasara el informe del exgobernador Rafael Moreno Valle, el 15 de enero, tendrían permitido volver.
Los comerciantes aceptaron y cumplieron, volvieron hasta el 16 de enero, pero la misma persona les anunció que ya no podrían instalarse por órdenes del gobierno estatal.
A decir de los afectados, el gobierno del estado nunca había interferido en esos asuntos, ya que esa zona corresponde al municipio de San Pedro Cholula y, los artesanos junto con la iglesia siempre habían acordado permisos para la venta de artesanías.
De acuerdo a turistas y personas que hacen ejercicio en la escalinata de la iglesia de Los Remedios, estos artesanos están siendo hostigados por policías y ahora ya hay un grupo de chiapanecos, “que quien sabe quién los llevó”.
Ahora los artesanos que trabajan desde textiles, piedras, bordados y hasta madera, tienen que “estar toreando a los policías”.

Son intimidados

Al grado que para evitar problemas, se han ido y vuelto al otro día, pero desde entonces, todos los días son hostigados e intimidados por uniformados, que desconocen de dónde son.
Los quejosos reconocieron que no les piden “mordidas” ni los extorsionan, pero sí los amenazan con que se retiren o de lo contrario tendrán que desalojarlos e incautarles la mercancía.
Aunado a ello, los inconformes acusaron que también son víctimas de una competencia desleal por parte de vendedores ambulantes, quienes cada vez son más, se instalan en las escalinatas de la iglesia -donde está prohibido- y venden productos que son imitación, que al ser más baratos, la gente los compra.
Lo anterior -denunciaron- con tolerancia de los policías y de las autoridades municipales.
Todo ello ha generado pérdidas a los artesanos, quienes siempre han respetado los reglamentos y han cumplido con sus cuotas, por lo que exigen se les devuelva el lugar.
Asimismo, aseveraron que “por tradición” los artesananos merecen estar ahí, ya que sus productos son hechos con barro, telas, piedras volcánicas, jades y turquesas auténticos y hechos a mano, los cuales refrendan el pasado prehispánico del municipio.
En cambio, señalaron que el ambulantaje vende souvenirs de plástico, vidrio y hasta selfiestick’s, los cuales “no tienen nada de artesanal ni con la pirámide”.
Explicaron que los comerciantes son originarios de Cholula, Atlixco, Santa María Acuexcomac y colonias aledañas, a quienes se les debe permitir trabajar en el lugar como lo han realizado por generaciones.